
1. Longing for the Untold
2. Prison of Shattered Glass
3. The Evershifting Path
4. Advent of the Inescapable
En eso que a finales del año pasado me hallaba en la habitación de mi casa, cuando me puse a re-buscar entre mis álbumes. Me encontraba con algunas joyitas que tenía casi olvidadas, otras que a día de hoy vendería por el valor de una cajetilla de tabaco… y otras como el Longing For The Untold de los Aversio Humanitatis…disco que no vendería jamás ya únicamente por el cariño y grato recuerdo que guardo de él.
Y es que como otras tantas veces, se demuestra que la música va en ocasiones ligada a las experiencias y vivencias personales. Tanto para el receptor como para el artista/músico. En mi caso, la cosa se remonta a un viajecito a Vigo un viernes a mediados del 2018 junto con un colega italiano muy activo en la escena del Black Metal y su novia (que nos esperaba allá). Íbamos a la sala/pub Transylvania a ver a Kursk, Marthyrium y, de manera co-lateral, a “unos tales Aversio Humanitatis”, salidos de Madrid. Personalmente yo iba por puro mono de disfrutar de metal extremo en vivo y por curiosidad de saber qué tal sonarían en directo los Marthyrium. He aquí la sorpresa de que, aun gustándome la propuesta de las dos bandas gallegas, los que me dejaron con la boca abierta y preguntando al personal “¿¿Pero qué cojones?? ” resultaron ser Aversio Humanitatis. No sabría describirlo con palabras acertadas, pero su Black Metal de corte espeso, progresivo y cuasi-técnico me terminó dejando con la boca abierta y una seria sensación de desconcierto. “¿Y cómo es que no oí hablar de estos tipos antes?” pensé yo. Fue terminar su concierto, dejarles reposar un poco y, cuando al fin alguno de ellos abrió el tenderete de rigor “post-concierto” para vender su material, fui donde ellos y les pregunté que qué material me recomendaban comprar, que de qué álbum habían tocado más canciones en aquel bolo. Me señalaron el Longing For The Untold, con su minimalista portada (obra de Fabio Rincones). Iba a irme, de hecho hice el amago, pero me di la vuelta y les dije: “¿Me podríais firmar el disco? ” “Claro, si consigues un bolígrafo o mejor un rotulador te lo firmo”. La vuelta a Santiago fue cojonuda (escuchando Thundersteel de Riot entre otras cosas). Mola cuando sientes que tras una noche de conciertos te vuelves con una banda nueva a la que seguir la pista y con un souvenir de la susodicha. Era noche cerrada e iba solo en el asiento de detrás, me dio por abrir el libreto del Longing For The Untold y no solo me encuentro con la firma de los cuatro miembros de Aversio, sino que los pavos me dejaron una púa de propina (¡!). Esos son los detalles que se quedan en la memoria de uno y que se agradecen.
Comentaba que la música va en ocasiones ligada a las experiencias y vivencias personales tanto para el receptor como para el músico. Ya dejé mi versión de los hechos, pero ¿Y la de Aversio Humanitatis para con su Longing For The Untold? Porque de eso va la cosa aquí, ¿no? Pues bien: Siendo un mini-CD de cuatro canciones y de una duración de veinti-pocos minutos (la edición que tengo yo, hay otras con más mandanga y otra portada), Longing For The Untold resultó ser una de esas creaciones gafadas y bendecidas al mismo tiempo, y me voy a explicar:
En un principio, la idea era sacar un álbum completo a alturas de 2016 o 2017, pero por un cúmulo de infortunios y problemas circunstanciales (como que J.H. estuviese viviendo en Bélgica o que A.M. se encontrase lejos cuando la grabación tuviera lugar), en el momento de la verdad los Aversio tenían únicamente dos canciones completas (Longing for the Untold y Prison of Shattered Glass) por lo cual decidieron re-grabar The Evershifting Path, de su split con Primigenium (2015). En esta tesitura, S.D. decidió que era un tanto pobre entregar únicamente dos canciones y otra re-grabada, así que compondría Advent of the Inescapable contrarreloj poco tiempo antes de ponerse a grabar. Pero eso no fue todo. Como A.M. (voz y guitarra) no estaba presente cuando se grabó, en dicha canción pondría las voces N.H.T, otro de los colaboradores de Aversio Humanitatis. Del mismo modo, hubo problemas con el sonido y afinación de las guitarras y el EP tuvo que re-grabarse al poco de haber terminado.
Finalmente, tras tan estresante etapa creativa, S.D. consiguió que BlackSeed Productions sacase adelante el EP en formato CD, y tres meses después, ante el éxito que parecía tener en determinados círculos underground, se re-editaría nuevamente a pachas entre BlackSeed y Sentient Ruin Laboratories, esta vez en varios formatos y con el material del split Three Ways of Consciousness (2013, con Selbst y Nihil) como extra, sumando ya una duración cercana a los treinta y ocho minutos, haciendo del disco una obra digna de ser considerada como una suerte de full-length. Tanto llegaría a gustar Longing For The Untold que poco tiempo después Debemur Morti Productions les ofrecería un contrato para grabar un álbum con ellos, suceso al cual debemos Behold the Silent Dwellers, pero eso amigos míos... es ya otra historia.
Entonces, ¿qué esconden los cuatro cortes originales que conforman este artefacto? Pues como venía diciendo con anterioridad, se trata de un Black Metal extremadamente denso, intenso, grave y poco centrado en la melodía. Por ahí tengo leído comparaciones con bandas disonantes como Deathspell Omega o Imperial Triumphant, y hombre… algo de eso hay, pero siento también esa claustrofobia sonora que me evocaban Blut Aus Nord en sus momentos más frenéticos y enfermizos. Un buen ejemplo en este sentido sería Advent of the Inescapable, pero puedes tomar como ejemplo cualquiera de las canciones de este cuarteto que conforma el Longing For The Untold para darte cuenta de lo que estoy diciendo, pues las cuatro tienen un nivel muy parejo.
Como conjunto, encuentro la obra como un material muy homogéneo y poco memorizable, y lo digo en el sentido más positivo de la palabra en ambos casos. No se trata de una apuesta aburrida o monótona con nulo interés, sino más bien un Black Metal tan denso, lóbrego y complejo que… metafóricamente, es como adentrarse en la penumbra en un laberinto. Siempre el mismo, e ir descifrándolo noche tras noche comiéndose sus paredes y sintiendo que estas se estrechan más y más según avanzas. Seguramente eso fue lo que atrajo el ojo de Debemur Morti sobre ellos. Esa forma tan acertada de crear esta clase de Black Metal que tanto se lleva a día de hoy: inhumano, caótico y cuasi-artificial (ojo con malinterpretar este último adjetivo).
Como veo que estoy cayendo lenta pero inexorablemente en el tedio, lo voy a dejar aquí, pero que quede claro que estamos hablando de uno de esos trabajos que marcan un punto de inflexión en la carrera de un grupo. De esos que comienzan a poner a sus artífices en el mapa y a atraer la atención de curiosos y diversos interesados en esta raza de emanaciones abyectas.
Cuatro cuernos bajos. Un 7,75.
Lo mejor estaría por llegar…
S.D.: guitarras y bajo.
J.H.: batería.
A.M.: voz, guitarras y bajo.
Músicos de Estudio:
N.H.T: voz en el track 4.
J.R.: batería (adicional) (tracks 1 y 2).