Ash Ra Tempel - Ash Ra Tempel

Enviado por MetalPriest el Mié, 04/12/2019 - 12:49
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Allá por 1970 en la Alemania Occidental, la música la dictaba el mercado anglo-sajón. Lo que triunfaba en los Estados Unidos y Reino Unido, era lo que terminaba por implantarse en el país. Nada demasiado distinto a lo que pasaba en España también por aquella década, por ejemplo. Pasa que los alemanes supieron remediar su crisis identitaria en el momento preciso y de la mejor manera. Mientras en el resto de Occidente triunfaba el rock psicodélico y comenzaba a asomar con fuerza el prog rock, en este país surgió una corriente o movimiento cultural que pretendió cortar de raíz la tendencia de seguir copiando burdamente lo que hacían otros artistas de otros países. Así nació la “Kosmische Musik” o la música cósmica.

Claramente, hablamos de un movimiento relacionado con la psicodelia y el space rock, ok… pero el concepto de esta “música cósmica” pretendía llegar más lejos; fusionando con la electrónica, el minimalismo, el avant-garde, experimentando con los patrones musicales y tirando de pasajes más atmosféricos, de aliteraciones, droning… Una movida, vamos. Afortunadamente, esta Kosmische Musik no fue un movimiento marcado por lo heterodoxo ni por la repetición de fórmulas. En esta explosión cultural se daba un montón de variedad artística entre bandas; unas tiraban más para el rock, otras por lo (digamos) experimental y algunas, prácticamente se dedicaron a la electrónica. Tanto es así que de esta corriente surgieron importantes influencias para géneros tan variopintos como lo fueron la new age, el post-rock, post-punk, no wave… e incluso en otros como el ambient, drone o minimalismo. A esta corriente que describo, se la acabó conociendo por la prensa de habla inglesa (y esto ya os sonará más) como Krautrock. Nombre originariamente despectivo pero que acabó permaneciendo y tristemente sustituyó al término original "kosmische musik".

De esta corriente, una de las agrupaciones más interesantes (que no la que más, eso sería un larguísimo tema de debate) serían Ash Ra Tempel, fundados en 1970 y debutantes en 1971. Estos berlineses comandados por Manuel Göttsching, supieron entrever lo que se cocía musicalmente en aquellos últimos años en corrientes psicodélicas, space y prog., y llevaron todo eso a su terreno creando una serie de tótems musicales que quedarían inmortalizados para la posteridad como una parte indispensable y definitoria de ese extraño mundo del krautrock. Hablo de su debut (Ash Ra Tempel de 1971), del Schwingungen (1972), Seven Up (1972) y Join Inn (1973). Pero vaya, que al menos hoy, me centro en honrar el homónimo de Ash Ra Tempel; no porque necesariamente sea el mejor o por nada imprescindible… sencillamente porque fue el primer álbum de esta banda que tuve el placer de conocer. Y, de algún modo, fue el que más me impactó de ellos.

La música de Ash Ra Tempel y concretamente aquí en su opera prima, destaca por una orientación instrumental, cósmica, mística y atmosférica; un enfoque que se funcionaliza por medio de dos piezas: Amboss y Traummaschine. Que vienen a significar “Yunque” y “Máquina de los sueños”. La primera de ellas más majestuosa, arrogante y poderosa, y la segunda… más ambiental, tranquila, delicada y etérea. Aunque realmente sí que es cierto que ambas tienen una esencia muy parecida y poco distinguible, únicamente una es más potente y la otra más sosegada. Como un viaje psicotrópico ¿no? Primero viene el pelotazo que te pone "on fire" y luego viene la auténtica travesía en la que tras el sobresalto inicial, ya comienzas a asimilar y asumir tu estado de consciencia alterada y bajas la guardia. Pues bien: Aquí sucede un poco lo mismo.

Si tuviera que sacar parecidos para Ash Ra Tempel y este álbum del ’71, pocos ejemplos podría poner, sinceramente…y por encima serían discos de grupos poco o nada coetáneos. Es más: algunos son demasiado actuales y hay varias décadas de diferencia entre uno y otro, siendo Ash Ra Temple los aparentes pioneros en este estilo concreto tan curioso y característico. Para no andar poniéndome demasiado en evidencia, mentaré un tema de un álbum que me suena parecido a lo que hacen aquí los Ash Ra, pero por el mero hecho de ser lo primero que se me vino a la cabeza al escucharlos por primera vez: Cloud Of Unknowing de The Glowing Man de Swans. Un disco de 2016, ojo. Por supuesto, Swans llevarían estas sonoridades a otros niveles y con mayores recursos tecnológicos y económicos ¿no? Pero ese germen tan cósmico, etéreo, divino y épico que tiene “El Hombre Resplandeciente” ya existía en un disco de 1971 parido en Alemania.

Por supuesto que hubieron más seguidores del estilo de Ash Ra Tempel; tanto en los setenta como en los ochenta y los noventa, pero sea como fuere, Ash Ra Tempel ofrecieron con su debut un espectáculo que… o mucho me equivoco, o jamás se había escuchado de estas características antes. Tal vez el paso del tiempo no le sentara demasiado bien a esta obra en materia de sonido y producción pero ¡ay! En materia compositiva… esto sigue siendo una jodida obra maestra que continúa vigente en terrenos de rock experimental, espacial y post-rock. Y pasados casi cincuenta años, la veracidad de tal afirmación me parece demasiado estremecedora como para no tenerla en cuenta.

Cuatro cuernos enormes. Un 8,75. Pocos discos escucharás como este. No digo que sean tu rollo ni que sean de lo mejor que parió la música rock, pero pocos viajaron por estos senderos y llegaron tan lejos en eras tan tempranas.

Manuel Göttsching: voz, guitarra eléctrica y electrónica.
Hartmut Enke: bajo.
Klaus Schulze: batería, percusión y electrónica.

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