Arckanum - Fran Marder

Enviado por Witchfyre el Jue, 31/12/2020 - 02:43
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1. Hvila pa tronan min (05:42)
2. Þe alder hærskande væsende natur (03:15)
3. Svinna (04:24)
4. Kununger af þæn diupeste natur (07:41)
5. Gava fran trulen (05:26)
6. Fran marder (03:47)
7. Bærghet (04:46)
8. Trulmælder (6:38)
9. Kolin væruld (07:47)

Álbum completo: YouTube/Bandcamp

A medio camino entre Varg Vikernes, Quorthon y Mortiis, deambulaba por los bosques boreales una de las más enigmáticas personalidades del black metal escandinavo de los últimos treinta años. Multiinstrumentista, filósofo y hombre polifacético donde los haya, Johan Lahger tanto te formaba Grotesque junto a Wåhlin y Lindberg, como te tocaba la batería en una demo de Sorhin, se curraba unas letras en sueco antiguo para el debut de Dawn, publicaba libros sobre teología, montaba un sello (Carnal Records) o se cascaba él solito 9 álbumes y 6 EP's al frente de sus Arckanum. Y hablo en pasado porque hace tan sólo un par de años que decidió dar carpetazo a una de las bandas más longevas de la escena sueca, desde 1992 nada menos, y no hemos vuelto a tener noticias musicales de él... Andará retirado en esos lejanos bosques escandinavos envuelto en algún ritual chamánico o escribiendo tratados gnósticos.

Rara avis dentro de la escena sueca, además de pasearse por ahí con una de las pintas más estrafalarias que os podáis echar a la cara, fue de los primeros en apartarse del estándar establecido por nuestros queridos Dissection y Marduk a principios de los 90. Y eso que grabó sus primeros trabajos en los Abyss de los hermanos Tägtren, pero nada, el amigo Shamaatae era un personaje que estaba destinado a ir por libre. Si alguno de estos esfuerzos discográficos se encuentra, no obstante, cercano a la noble tradición sueca, es este Fran Marder que lo vio debutando de forma oficial en 1995. Y es quizás, por ello, el que a mí más me gusta.

Para empezar, el sonido es el más accesible de toda su carrera. Ojo, accesible, no quiere decir comercial, para nada, la propuesta de Arckanum tenía algo de pétreo e impenetrable desde el primer día. Pero aquí aún había conexión con lo que se perpetraba en su país por aquellos años y esas guitarras tienen un remanente de melodía que prácticamente desaparecería en el siguiente Kostogher. La producción es buena, muy buena realmente. Fran Marder suena potente, atmosférico, contundente... suena a Abyss, pero tampoco demasiado, cosa que agradezco. Al final, tengo la impresión de que en 1995 Peter Tägtren no tenía los oídos taponados con cerumen y aún sabía distinguir el botón de los agudos de su agujero del culo. Si habéis escuchado grabaciones de aquel año, os podéis hacer una idea: el Secrets of the Black Arts de Dark Funeral, el Vittra de Naglfar, el Nord... de Setherial (aunque salió en el 96) y, muy especialmente, aquel buen The Other Side que los propios Hypocrisy se sacaron de la manga jugando a ser trileros con los instrumentos.

Decía, sin embargo, que Shamataae venía siendo el rarito de la escena sueca y es que me da la impresión de que este hombre, mucho más que a sus compatriotas, pasaba sus ratos libres escuchando a sus vecinos de Noruega, particularmente a Burzum, por aquellos tiempos. Así veo a Fran Marder como una especie de puente tendido entre las dos escenas líderes en Escandinavia y, de paso, al señor Lahger como un padre espiritual para la ortodoxia sueca que vendría a eclosionar cara el cambio de milenio. Si estás pensando en esos Ondskapt, Malign, Craft, Zavorash, Armagedda, Svartsyn, Ofermod, Heresi, IXXI, Orcivus, Sigrblot o Valkyrja que tan buenos resultados dieron hace cosa de un lustro y medio, vas bien encaminado.

Del lado sueco parecen caer definitivamente unas Hvila Pa Tronan Min, Þe Alder Hærskande Væsende Natur, Kununger Af Þæn Diupeste Natur o Fran Marder dominadas por unos tempos acelerados, muy controlados y con bastante melodía, mientras que en otras como Svinna o esa Gava Fran Trulen que conocí a finales de los 90 por su peculiar videoclip (el audio es de la demo de 1994), muestran la ascendencia noruega con sus rudimentarios riffs, su vocación atmosférica y su vocalización tortuosa. No se trata en ningún momento de una dualidad polarizada, si no que todo parece convivir en un estilo bien homogéneo y monolítico.

Fuera del molde se encuentra la hechizante Bærghet que, con su épico rasgueo, con el desgarrador lamento de Shamataae para dar voz a un poema de su colaborador y hermano Sataros y la dulzura de Lena Klarström, más allá de convertirse en la salida de tono de un álbum realmente contundente, acaba siendo la pieza que te convence de que estás ante un trabajo realmente especial. Ese punto de inflexión que te acaba convirtiendo definitivamente a la causa mágica de Shamaatae y sus Arckanum. De aquí al final, con unas imponentes Trumælder y Kolin Væruld, no cabe más que hincar la rodilla y claudicar ante uno de los lanzamientos más personales de aquel black metal sueco de mediados de los 90. Uno en el que conviven a la perfección las más ancestrales tradiciones paganas, el más furioso black metal y fuertes dosis de misticismo gnóstico.

Salvando esa horrorosa portada con la fuente en un chirriante rojo sobre una foto a color de Lahger durante uno de sus paseos campestres (algo que pulió en la reedición de 1996), se me hace complicado reprochar nada a un Fran Marder que puede resultar, no obstante, un plato algo indigesto. Sin embargo, se trata de otro de esos casos en los que la escucha paciente acaba siendo sobradamente recompensada. No os creáis que era un trabajo al que yo le daba mucha bola cuando llegó por primera vez a mis manos, al contrario, fue de esos que hubo de madurar con los años y que, al final, acaban siendo los más gratificantes. Hoy no creo que se merezca menos de cuatro imponentes cuernos esta primera de las muchas obras que nos dejó Shamaatae durante esos 26 años.

- Shamaatae: todos los instrumentos, voces

Músicos invitados:
- Mattias, Sataros, Sjed: voces
- Stepmother Lena Klarström: voces
- Peter Tägtren: voces (Trulmælder)

Sello
Necropolis Records