Anathema - Crestfallen

Enviado por stalker213 el Vie, 11/03/2011 - 20:05
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Algunas cosas -imagino- llevan verdaderos siglos hasta que realmente uno se da cuenta de lo buenas que son ¿qué triste, no? Lamentablemente, eso es lo que me sucedió hace años con los que entonces vinieron siendo los nuevos trabajos de los británicos ANATHEMA. Nada nuevo bajo el sol: Los tíos duros no escuchan mariconadas como ‘Judgement’, y por tanto no quedaba otra alternativa posible que enrocarse a muerte en los mejores discos de la banda, hacerse el loco ante el inexorable paso del tiempo e ignorar -como quien no quiere- aquellos tímidos ademanes de apertura de los de Liverpool, que años después no vendrían sino a demostrarme su descomunal talento. Nada mejor que el tiempo para poner a cada uno en su sitio ¿verdad?

A toro pasado, siempre resulta más fácil emitir juicios de valor cuando uno ya ha visto pasar la película ante sus ojos (¡Nos ha fastidiado!), ahora bien: aunque ineludiblemente ahora soy capaz de ver la incontestable maestría y el brillo de todos y cada uno de los álbumes de la banda, todavía a día de hoy sigo contemplando a las primeras grabaciones de estos ingleses como las mejores que jamás escribieran durante el transcurso de su claroscura trayectoria. Ya otro tema sería discutir si fueron también las más sinceras, dado el más que razonable caso de plagio que los Cavanagh llevaran a cabo durante los primeros 90’s al copiar (aunque con gran estilo) el sello de marca original de sus legendarios paisanos CHORUS OF RUIN, aunque vaya… ese es un tema que quizás convendría sacar en otro momento y no hoy. No obstante, la historia a menudo es cíclica, y del mismo modo ni ‘Alternative 4’ o ‘Judgement’ (menos todavía ‘A Fine Day to Exit’) fueron obras, que a pesar de su deslumbrante calidad, hicieran gala de una excesiva originalidad, que digamos (¿PINK FLOYD? ¿RADIOHEAD?). Eso sí, de calidad ésta gente fue, va e irá por los restos no sobrada, sino sobradísima, porque tener en tus filas a un crack suma y no poco.

Con todo y eso, aquí hoy no hemos venido a hablar de ningún otro disco que no fuera el ya lejano ‘Crestfallen’ Ep, y por tanto: uno de los más influyentes y memorables trabajos dentro de lo que son las obras fundacionales de referencia del subgénero, y es que como no puede entenderse de ningún otro modo, cualquier disco que presuma de ser una luminaria del género, ha de arrancar con uno de esos riffs corta-hipos y transidos de dolor como indiscutiblemente es el que hace nacer a la indispensable ‘… And I Lust’. Todavía después de los años, sigo observando a esta maravillosa composición como una de las mejores de la banda, y es que desde el más listo de la clase (Danny Cavanagh) hasta el más justito (White) aquí todo el mundo se vuelca al 100% para clavar una de las performances de su vida. Decía de Darren White, que igual parece (igual) el menos dotado de la tropa, pero que eso no deje traslucir la más mínima brizna de crítica destructiva por mi parte, ya que todos los registros en los cuales se maneja el tipo (incluso ese tan característicamente quejumbroso, totalmente extirpado del ‘Sorrows of the Moon’ de CELTIC FROST) lo dejan pero que muy bien parado. Sin embargo, aquí el jefe es el pelirrojo rastafari (Danny Cavanagh), siendo eso algo absurdo de discutir si contemplamos la solvencia y la rotunda maestría con que éste mueve los hilos de la banda.

‘The Sweet Suffering’ es igualmente otro momentazo en la carrera de la formación (aunque lejos de su impactante predecesora) que a buen seguro que no decepcionará un solo segundo al fanático más exigente. Sin embargo, hasta no hace mucho, para mí no fue sino la antesala a la gran cagada del disco, ‘Everwake’, y eso siempre queda. ¿Verdad que ha quedado claro el tiempo verbal empleado? He dicho “fue” y por tanto, el tiempo denota como a día de hoy parece como que pasa mejor (el tema es tan espectacular como cautivador), aunque todavía algo en mi fuero interno me sigue diciendo que está frivolidad nunca debió haber sido enlatada junto a cuatro monumentos como los aquí erigidos. Y es que ¿cómo puede definirse a la arrolladora ‘Crestfallen’ sino como un ciclópeo monumento? La construcción del tema hasta que White se parte en dos es sencillamente demoledora, y apuntar o siquiera intentar sugerir la acongojante emotividad que envuelve y arropa al tema no se antoja sino ridículo. No hay discusión posible al respecto: PARADISE LOST y en menor grado MY DYING BRIDE siempre estuvieron un paso por delante suyo, pero la grandeza y la casta de ANATHEMA no puede rebatirse poniendo sobre la mesa apabullantes partituras como la de esta incandescente y visceral ‘Crestfallen’ o menos todavía la del himno imperecedero de la banda ‘They Die’. Ambos temas son quizás algo más largos de lo estrictamente necesario -puede- pero lo que no es negociable es que sin duda representan, y con creces, al mejor y más fructífero momento dentro de la historia del subgénero. ¿La portada? Encaja de pleno con el carácter del trabajo (frágil e inquietante), innegable, pero igual me hubiera decantado antes por algo más macabro; Aunque “on a second thought” (como dicen los ingleses), ésta tampoco se queda atrás.

En síntesis, un caballito 100% ganador, fundamentado en una producción tan cruda como directa, una sección rítmica robusta y solemne como mandan los cánones, unas voces torturadas y apasionadas hasta lo indecible, y fundamentalmente unas guitarras estratosféricas de esas que crujen muy seriamente, dejándote el tímpano para el desguace.

No hay posible vuelta de hoja al respecto: Trabajo indispensable para los adeptos al subgénero y sin ningún género de dudas, un disco infaltable en cualquier colección medio decente.

Valoración: 9.2

Darren White: Voz
Vincent Cavanagh: Guitarra
Daniel Cavanagh: Guitarra
Duncan Patterson: Bajo
John Douglas: Percusiones
Ruth: Voz "Everwake"

Sello
Peaceville