
01. Volenti Non Fit Iniuria (04:58)
02. Drug-Fucking Abomination (07:27)
03. Post Traumatic Stress Euphoria (01:42)
04. Le Diabolique Est L'ami Du Simplement Mal (03:42)
05. Locus Of Damnation (01:01)
06. Tod Huetet Uebel (04:15)
07. Paragon Pariah (03:46)
08. Who Thinks Of The Executioner? (03:58)
09. Ashes Screaming Silence (03:58)
10. Portrait Of The Artist (Instrumental) (01:20)
Anaal Nathrakh es uno de esos grupos cuya propuesta musical resulta, de primera impresión, intragable, infumable y abrumadoramente caótica y aplastante. Combinando el Black Metal más rancio y putrefacto con la atmósfera rápida y exornada de violencia brutal del Grindcore más gamberro, dos jóvenes talentos de Birmingham crearon una bestia sonora capaz de arrasar con todos aquellos infelices inocentes que se atrevieran a plantarles cara. Los pobres incautos que nos lanzamos a por “The Codex Necro” sin miramientos ni tapujos, terminamos literalmente destrozados, despedazados y fulminados por una avalancha sónica sin concesiones ni pausas de ningún tipo. Una auténtica paliza metálica, de la que pocos salimos en nuestros cabales, pero con la sensación de que el dúo apocalíptico británico estaba para grandes cosas. Y tuvimos la ocasión de reafirmarlo, con sus posteriores trabajos, tan abundantes en calidad musical, compositiva y melódica como en brutalidad llevada al extremo.
Después de trabajos de gran resonancia en el panorama metálico extremo como “Hell Is Empty…” e “In The Constellation…”, Mick Kenney y Dave Hunt regresaron al estudio para dar forma al sucesor del álbum del 2009. La criatura salió el 2011, y PASSION es su nombre. Después de los kilométricos títulos de sus predecesores, una sola palabra. Un detalle minimalista, al igual que la portada del disco, una especie de collage que, siendo sincero, no me agrada demasiado. Menos mal que en el apartado sonoro no pasa lo mismo.
Paulatinamente, Anaal Nathrakh fue puliendo y dando forma a su sonido. Del Black Metal/Grindcore casposo y asfixiante de su álbum debut, los ingleses fueron incorporando a su música matices sonoros más trabajados, dando como resultado un sonido balanceado y dinámico, a caballo entre el caos más intrincado y sofocante y los pasajes más poderosos en melodía, comandados por los coros limpios de V.I.T.R.I.O.L. (o algún invitado, que siempre los hay en sus álbumes). Basta de palabrería introductoria, y a por el plástico.
Volenti Non Fit Iniuria (en latín: "No se comete injusticia con quien actuó voluntariamente") abre el trabajo del 2011 en medio de un ruido infernal, que a la vez hace de introducción al álbum, y como apocalíptico no hay nada más logrado, porque minuto y medio más tarde, las guitarras y la batería (excelentemente programada por Irrumator, cerebro y alma del dúo británico) entran como un autobús sin frenos, atropellando y despedazando todo lo que se le ponga enfrente. Un riff escalofriante, pero al mismo tiempo hipnótico, y luego V.I.T.R.I.O.L, más esquizoide y enfermizo que nunca, con esos alaridos desasosegantes que ya son marca de la casa. Un auténtico desquiciado el británico, sobre todo en el coro, donde la melodía hace una pequeña pero efectiva aparición, convirtiendo la canción en un himno apocalíptico no exento de cierto aire épico. Pelotazo total.
Prosiguiendo con la masacre sónica, Drug-Fucking Abomination, con esa introducción lo suficientemente terrorífica y claustrofóbica como para hacer cagarse del susto al mismísimo Satanás, viene a dejar claro que los de Birmingham no andan en plan de broma. Aunque la intro de la canción queda un poco larga (quizás un minuto menos le hubiera venido bien, a mi parecer), el resto no tiene desperdicio. Una tormenta de riffs y batería a todo trapo, una somanta de palos blacker, y nuevamente, el bueno de Dave nos hace sentir lo suficientemente incómodos a través de su garganta. Como si vomitar tales gritos infrahumanos no fuese poco, el coro con voces limpias, pero atormentadas, demuestra lo bien que cumple su labor el vocalista inglés. Punto alto del disco, casi redondo.
Los que ya nos destrozamos los oídos y perdimos parte de las neuronas con los anteriores trabajos de la banda sabemos de sobra que no puede faltar la locura total desatada en alguno de los tracks de sus álbumes. Y, en efecto, Post Traumatic Stress Euphoria viene a soltarnos una andanada de riffs y gritos acojonantes para dejarnos más apaleados que Jesús camino al Gólgota, pero en poco menos de dos minutos. Joder, si ya nos da ganas de parar un rato después de casi trece minutos de disco, pero Anaal Nathrakh es una droga demasiado potente y adictiva. Aguantando el maltrato brutal, una paliza desproporcionada, pero con gusto. Masoquismo musical. Pobres de nosotros.
Le Diabolique Est L'ami Du Simplement Mal (un hermano de More Of Fire Than Blood, pero con menos cojones) y Locus Of Damnation (un minuto de caos ininteligible) dejan paso al track más escalofriante del plástico. Tod Huetet Uebel, con la aparición magistral de Rainer Landfermannn, el enfermizo vocalista del magno DICTIUS TE NECARE, de los suicidas blackers germanos BETHLEHEM. Aquí, el bueno de Rainer se despacha escribiendo las letras (en alemán e inglés), y escupiendo frente al micrófono esa voz tan atormentada, hórrida y llena de sufrimiento terrorífico que hizo del Dictius un clásico del DSBM, sólo que ahora complementada con la jodidamente asfixiante atmósfera musical de los británicos. No vamos a salir demasiado cuerdos después de ésta experiencia, se los aseguro. Sin duda, el punto más alto del álbum. Brillantez en la brutalidad sonora más extrema. Temazo.
Paragon Pariah (tema que cumple, con un estribillo molón y un solo de guitarra excelente), Who Thinks Of The Executioner? (en plan algo más industrial-black, tipo Aborym, no es de lo mejor del álbum pero se deja escuchar bien), Ashes Screaming Silence (con Alan Dubin (ex-O.L.D) acompañando a un Dave Hunt más amenazante y cabreado que nunca en las voces, un mediotiempo reptante, casposo y unas guitarras más pesadas que un puto tren a pedales), y llegamos al final del viaje por el Averno de la insania de la mano de Portrait Of The Artist, un epílogo industrial-ambiental instrumental de minuto y poco más, donde se nos da la impresión de estar golpeando nuestros pobres y machacados sesos contra el suelo, después del esfuerzo infrahumano de aguantar 36 minutos de pura bestialidad metálica. Se acabó la tortura, pero bien que lo disfrutamos. Aunque quizás podíamos aguantar un poco más, nuestro sufrimiento con goce llegó a su fin.
La única pega que tiene PASSION es haber sido concebido entre dos colosos como “In The Constellation…” y “Vanitas”. Por lo demás, nada tiene que envidiar a sus hermanos. Anaal Nathrakh da un paso adelante y en la dirección correcta con el disco del 2011, demostrando que detrás de la capa más densa de brutalidad y cochambre apocalíptico-black-metalera la melodía ocupa un lugar relevante en su música, algo que se haría más notable al año siguiente con Vanitas. La colaboración del germano Rainer Landfermann destaca nítidamente sobre el resto, Tod Huetet Uebel es un monstruo sonoro como pocos y demuestra la capacidad de la banda para absorber matices e incorporarlos a su música extrema y brutal.
Y avisados están los neófitos en el tema Anaal Nathrakh, si aguantan los 36 minutos de ésta paliza sin salir chalados, gritando incoherencias y chorreando baba, sean bienvenidos al decadente y apocalíptico universo de Irrumator y V.I.T.R.I.O.L.
Cuatro cuernos (8/10) para el trallazo sonoro del 2011. Una continuación excelente, casi sin fisuras, apabullante, brutal y enfermiza como toda su obra. De escucha recomendada.
Dave Hunt (V.I.T.R.I.O.L.): Voz, letras.
Mick Kenney (Irrumator): Todos los instrumentos.
Músicos Adicionales:
Maurice De Jong "Mories": Samples (en "Portrait Of The Artist")
Paul Kenney "Misery": "Manipulation Of Chaos"
Paul Harrington "Ventnor": Guitarra solista (en "Paragon Pariah")
Conor Droney "Drugzilla": Samples (en "Post Traumatic Stress Euphoria")
Alan Dubin: Voz (en "Ashes Screaming Silence")
Rainer Landfermann: Voz principal, letras (en "Tod Huetet Uebel")