
1. Deceiver of the Gods
2. As Loke Falls
3. Father of the Wolf
4. Shape Shifter
5. Under Siege
6. Blood Eagle
7. We Shall Destroy
8. Hel (featuring Messiah Marcolin)
9. Coming of the Tide
10. Warriors of the North
Muchos estábamos esperando la siguiente acometida tras la poco inspirada entrega Surtur Rising. Amon Amarth volvieron, y esta vez algo más lúcidos que antes. Dos años han pasado y parece que las cosas vuelven a funcionar para los suecos. ¿Les habrán dado inspiración las valkirias?
Este Deceiver Of The Gods podría clasificarse como la continuación al Twilight Of The Thunder God ya por la producción, la velocidad y el sonido épico que encierra. De todos modos también posee el empaque y crudeza del With Oden On Our Side. Estos ingredientes son los mejores que pudieron escoger para crear un nuevo álbum y el caldo resultante ha sido prácticamente la mejor mezcla de los susodichos. Resumiendo caballeros… estamos ante un digno álbum de los Amon Amarth.
Cuando digo que este Deceiver Of The Gods es instrumentalmente mejor a sus dos anteriores trabajos lo digo en serio. La técnica es igual a la de siempre pero más barroca, la velocidad ha vuelto, las típicas melodías de Amon Amarth se mantienen, épicas y orgullosas, y Hegg… sigue siendo esa fiera indomable e incansable. Confieso que no depositaba muchas esperanzas en lo nuevo de los suecos pero… me he equivocado (felizmente). Y ahora como penitencia, me toca sangrar. En realidad ya llevo unos días sangrando, ¿y vosotros, sangraréis ahora conmigo?
La historia comienza con Deceiver of the Gods, que se inicia con una épica melodía que precede a una auténtica tormenta riffera; las guitarras se afilan mientras la batería aplasta. Los toques melódicos siempre presentes, aderezando esta descarga. As Loke Falls nos sorprende con una cuidada sección de tapping (esencia del track) y unas guitarras serrantes. Söderberg y Mikkonen han recuperado la velocidad, o al menos han vuelto a demostrar que la tienen. Emocionante corte. El tercer lance es Father of the Wolf, más amenazador que los anteriores y con olor a Guardians of Asgard (2009). Sorprendente detalle el uso de pedal en algunas partes de los punteos, muy curioso y poco usual en Amon Amath. Otro acierto de los suecos.
Shape Shifter nos sale riffero-cabalgadora, con tenues tintes blackers. Si algo nos puede alucinar en este disco de Amon Amarth es el virtuosismo con el que envuelven ahora todas las canciones (como ésta), un puntazo. Ahora viene uno de los tracks más largos del álbum, la elegante Under Siege. Potentes guitarras, batería sensacional y un Johan Hegg evocador, tal vez demasiado lineal para su metraje. Blood Eagle se muestra sedienta de sanguinaria desde el segundo uno y se desenvuelve furiosa y machacona. Una veloz y contundente ración de violencia, con sus diminutos toques épicos como coros y tambores de guerra. Estos fugaces detalles son los que hacen de cada canción sea un puntazo.
We Shall Destroy se manifiesta con una línea de percusión familiar a Death in Fire (2002), las guitarras suenan muy black por momentos, detalle que se hace notar a lo largo del trabajo. Eso sí, los detalles melódicos no se pierden jamás. Tras toda esta sucesión de cortes speedicos viene al ahora un lenta: Hel nos muestra a unos Amon Amarth macarras y peligrosos. En las voces tenemos al ex-Candlemass (Messiah Marcolin) acompañando en los coros a Hegg, mostrando una voz poderosa y vibrante. Por lo general detesto las colaboraciones en los álbumes pero… reconozco que este experimento salió bastante bien; creo que fue un acierto que pusieran la voz de Marcolin un poco en segundo plano en comparación con Hegg.
Coming of the Tide retoma los caminos speedico-oscuros a los que estamos acostumbrados en este álbum. Resulta difícil resaltar un instrumento sobre el otro pues todos hacen un excelente trabajo, pero es menester mencionar los guitarreos liberados en este track, nada parecido a lo que nos tienen acostumbrados los suecos. Al fin terminamos el viaje con Warriors of the North, corte que se muestra arrogante y a medio camino entre Under the Northrern Star y Victorius March, pero no obstante con su sonido propio. Puro estilo Amon Amarth pero más cambiante y elaborado.
Estos tíos se han levantado de su trono y han vuelto a arrasar con poblaciones cristianas, pero esta vez no se contentaron con aldeas o pueblos; pasaron a cuchillo toda una ciudad, con sus murallas y mesnadas. Desde el 2007 no habían llegado tan lejos, tan alto... menuda proeza.
En función de la ausencia de temas flojos (detalle que me ha impresionado), el desborde de técnica y armonía musical y la desgarradora voz de Hegg (como siempre, un crack) yo otorgo unos cuatro cuernos enormes (manchados de sangre e hidromiel). Sobre diez es un 7.75, bien ganado. Vendémonos las heridas y lloremos a los muertos, mañana los despediremos honrosamente.
Johan Hegg: voz.
Johan Söderberg: guitarra.
Olavi Mikkonen: guitarra.
Ted Lundström: bajo.
Fredrik Andersson: batería.
Artista Invitado:
Messiah Marcolin (ex-Candlemass): voz adicional en "Hel".