
1. Too Young to Die, Too Drunk to Live
2. Hiroshima Mon Amour
3. Night Games
4. Island in the Sun
5. Kree Nakoorie
6. Coming Bach
7. Since You´ve Been Gone
8. Evil Eye
9. All Night Long
El apéndice de “No Parole from Rock & Roll”, obra capital de los Alcatrazz de Yngwie Malmsteen y Graham Bonnet, fue este directo de título patibulario, “Live Sentence”, registrado el 28 de enero de 1984 en el Nakano Sun Plaza de Tokyo, local en que el vocalista del tupé se sentía como en casa.
Eran tiempos en los que no se subía cualquiera a un escenario, sobre las tablas había curriculum y una clase infinita, la banda estaba presentando el que había sido su primer disco, del que aparecen las conocidas “Too Young to Die, Too Drunk to Live”, “Hiroshima Mon Amour”, “Kree Nakoorie”, y “Island in the Sun”, y Music for Nations editó esta grabación, distribuida también en vídeo, que a juzgar por los bootlegs que circulan en la red, no fue la mejor noche del tour, pero es el único disco oficial junto a “No Parole…” en que podemos escuchar la voz del ex de Rainbow y MSG, junto a la sobrehumana guitarra del astro sueco.
Es muy interesante, porque en el desarrollo de las carreras de estos músicos podemos comprobar como la historia se repite una y otra vez, que a todos les mueven inquietudes y ambiciones personales y creativas parecidas, quedando al final un muestrario abrumador de excepcionales discos.
Blackmore dejó Deep Purple porque se sabía preparado para liderar una banda, Bonnet fue uno de sus músicos, que dio el mismo paso tras dejar Rainbow e intervenir en “Assault Attack”, el mejor álbum de Schenker en solitario, y creó Alcatrazz, reclutando a Malmsteen, que desde el principio sabía que esa banda solo era algo pasajero, el siguiente paso en su ascendente carrera.
Sabemos que Yngwie siempre ha tenido un ego desmedido. Según contaba el propio Graham Bonnet, cada noche sobre las tablas aquello se convertía en un verdadero tour de fuerza entre él y su prodigioso guitarrista, que había entrado en Alcatrazz con 19 añitos, y se sabía el centro de todas las miradas.
Por mucho que hoy día mucha gente le vea como una caricatura de sí mismo, cuando el sueco apareció, con sus ropas negras, sus botas blancas y la Stratocaster, revolucionó el mundo de la Guitarra en el Metal, y a mi entender en ese sentido es el más grande junto a su maestro Blackmore, Randy Rhoads y Eddie Van Halen.
No hay más que ver los enlaces para comprobar, no ya su inigualable maestría, sino el poder de atracción que desprende, el aplomo y la presencia con que pisa el escenario, y es fascinante ver esa lucha de titanes, Bonnet sin retirarse en ningún momento, desplegando igualmente tablas por doquier, con ese atuendo color salmón, la corbata y el cabello oxigenado, que a cualquiera quedarían ridículos, y el luce con glamour exquisito.
No me parece un conciertazo, hay momentos en que el frontman no ataca con el poderío que requieren estos temas de rock tan fibroso y a su vez lleno de matices compositivos, pero tampoco decepcionan en ningún momento. Junto a las cuatro del debut, tenemos “Night Games”, una versión de un autor llamado Ed Hamilton que debía gustar mucho a Bonnet, las célebres “Since you´ve been Gone” y “All Night Long” de Rainbow, que el vocalista nunca ha dejado de tocar, y el momento estelar: Yngwie, con los cataplines del tamaño de la piedra que rodaba detrás de Indiana Jones en las escenas iniciales de “En Busca del Arca Perdida”, le cuela a su Jefe nada menos que “Evil Eye”, un instrumental de cinco minutos que a los pocos meses daría brillo a su primer álbum, el imprescindible “Rising Force”.
Madera de líder, talento para parar un tren. Cuando Bonnet se libró de él, contrató a Steve Vai, entre otras cosas porque estaba harto del estereotipo de guitarrista superdotado y temperamental con estilo neoclásico, con el que había trabajado desde la década anterior, y buscaba algo totalmente diferente. Pensad que Vai, aun siendo otro portento que en 1990 le haría las mismas jugarretas a Coverdale, metiendo temas propios en mitad de los shows de Whitesnake, como puede comprobarse en el directo de Donington de aquel año, todavía tardó en despegar en solitario. Salió de Alcatrazz, y grabó un par de discos con David Lee Roth.
Yngwie en cambio no iba a esperar tanto, con apenas veinte años se había convertido en el mejor en su estilo, y en este directo podemos verle en toda su pureza, rabioso y con hambre de gloria. Pero a la vez totalmente seguro de sí mismo, consciente del don que había recibido, y del poder que tenía.
Graham Bonnet: Voz
Yngwie J. Malmsteen: Guitarra
Jimmy Waldo: Teclados
Gary Shea: Bajo
Jan Uvena: Batería