
1. Mortal God
2. Grip of Darkness
3. Ancestral Souls
4. Dreamdeath
En Finlandia, región remota el orbe en el que nos hallamos; territorio frio, colmado de bosques, lagos, ríos y algún que otro carámbano de hielo, sucedió algo maravilloso. En realidad sucedieron muchas a lo largo de su historia (100 años de historia tal como la conocemos), pero eso poco importa ahora. A eso de 1988-1991 se fueron gestando en sus pequeñas provincias un curioso gusto por la música extrema, concretamente, cosas como Grindcore, Thrash, quizás ya algo de Black y, POR SUPUESTO, el Death Metal. Aquí casi todo el mundo sabe que por aquellos años se cocieron cosas la mar de interesantes y que corrieron como la pólvora a través de Noruega y Suecia llegando a saltar rápidamente a Francia, España y otros países no menos importantes y lejanos. Bandas como Demilich, Convulse, Disgrace o Adramelech hacían su aparición a lo largo de los noventas y llamaban la atención dejando a entrever una fracción de lo que se estaba cociendo en el País de los Mil Lagos. Y hoy, le toca a Adramelech.
En Loimaa, pueblo grande de alrededor de 7000 habitantes, asentado a la rivera del Loimijoki y a igual distancia de Helsinki que de Turku, bien tierra adentro, verían su concepción Demigod y de manera más o menos pareja Adramelech. Estos últimos bajo el comando de Jarkko Rantanen, quien se rodearía de personajes clave para la creación de su música. Peña como Jussi Tainio (batería) o Jani Aho (guitarras). Pero lo de Jarkko no tiene nombre. Casi desde el comienzo se responsabilizó tanto de las cuerdas (vocales o metálicas) como de las baterías, y en esto que la banda comenzaba a sentirse cómoda tras diversos cambios de formación, finalmente pudieron plantearse grabar una maqueta de la que sentirse realmente orgullosos. Estoy hablando de Grip Of Darkness, muchachos ¡Claro que sí! Y es que estos individuos tuvieron la suerte de tener a mano locales de ensayo de libre uso, y es un detalle que se hace notar en la elaboración del material que precisamente estamos amasando a manos desnudas. Total, que en 1992, a inicios de año, Jarkko y cía se pegaron un viaje a Helsinki a visitar a un tal Heikki Peltonen, en MR-Studio. Tipo que trabajaba por aquel entonces con peña como los primitivos Purtenance (Purtenance Avulsion), Demilich, Unholy, Demigod… casi nada, y sin demasiadas complicaciones más allá de las personales, grabarían, producirían y mezclarían Grip Of Darkness con su consabido cuidado.
¿Por qué enfatizo todo esto? Porque lo mismo a más de uno como a un servidor le pasó desapercibido este material por haberlo escuchado pirata un par de veces y pensar “Pues menuda mierda de sonido”. Y es que claro, a veces (y no me atrevo a imaginar la frecuencia), el sonido del master original al que llega a nuestros oídos tiene una clara inferioridad. Y más si estamos acostumbrados a escuchar música a golpe de clic. Y lo que puedes escuchar por medio de algún link en YouTube o en algún torrent anónimo puede ser una fotocopia de una fotocopia de otra fotocopia del material original. Y me ha pasado precisamente con esta demo de la que estamos hablando. Cuán grande fue mi dicha al escuchar de su propio diez pulgadas que la cosa original era bien distinta a la catada en primera instancia a 192 kbps.
Y es que en Noviembre de este 2020, los aguilillas de XtreemMusic se han aventurado (una vez más) a rescatar maquetas clasiquísimas e icónicas de nuestra movida como Grip Of Darkness. Y además administrando un mimo a la edición de lo más seductor; con el vinilo “single-sided”, un sonido de puta madre y una “cara B” bien bonita con el imponente logo de Adramelech, amén de fragmentos de biografía y entrevistas de la época en el libreto, la duda de: “¿Me habré gastado los cuartos en algo que no vale la pena?” se esfuma automáticamente.
Pero volvamos a 1992 y al Grip Of Darkness. En este punto de la historia, tenemos a un Rantanen a cargo de la batería, mientras Mikko y Jani se hacen cargo de las cuerdas, dejando vacío el puesto del bajo para la ocasión. Y es que… sí, tenemos dos guitarras pero no un bajo. Lo que ofrecen Adramelech no pretende ser un rip-off de ninguna de sus bandas de cabecera de la escena internacional, lo que pretenden los suomi es, ni más ni menos que ofrecer su propia interpretación del Death Metal. Si uno pretende sacar parecidos con este o aquel clásico, que los busque, que seguro que algo se topará. Bien sean Carcass o Deicide o los gañanes de Napalm Death. Pero la realidad es que en Grip Of Darkness, con sus cuatro cortes de una media inferior a los tres minutos, Adramelech nos lanzan a la cara una de esas grumosas descargas de esmegma musical (sin rastro de refinamiento musical alguno) que nos adelantan hasta qué punto estarían dispuestos a llegar sin traicionar sus principios identitarios hasta el día de hoy.
Poco importa qué pueda llegar a desarrollar de Mortal God, Grip of Darkness, Ancestral Souls o Dreamdeath con palabros. Se trata de una descarga homogénea, directa y unidireccional de sustancias a medio pudrir que caen sobre tu cabeza. Te puede llamar más la atención este o aquel corte en función de los riffs que despiden o de los jugosos ritmos que produce Jarkko con las baquetas, pero la cosa sigue siendo de manera indudable e indiscutible una unidad de dimensiones y composición bien conocidas y finitas. Y, a decir verdad, para el más fan del Death Metal Old-School y simpatizante de lo que nació de Finlandia, este Grip Of Darkness que estamos tratando es tan clásico e imprescindible como cualquier larga-duración engendrado en aquella época. Un documento tal vez excesivamente crudo para el oído desentrenado pero a su vez histórico y no menos icónico… ¿O me vas a decir que cuando piensas en Adramelech no se te cruza por la cabeza el artwork de Turkka Rantanen (hermano de Jarkko)? Ah… pensaba…
No es un documento hecho a la talla de todo el mundo pero definitivamente sí lo es para todo aquel que se precie de admirar (y disfrutar) del Death Metal más clásico, pastoso y cenagoso. Sin duda, las obras más redondas y pulidas de Adramelech vendrían cuando Adipocere Records, tras haber advertido la presencia de estos muchachos a razón de ESTA maqueta, grabasen con ellos “Spring of Recovery”, lo que les facilitaría más adelante sacar “The Fall”, “Psychostasia” y “Seven” con Repulse Records.
En conclusión: No será el mejor de los testimonios de Adramelech, pero sí es una de sus más importantes y definitorias obras: El germen de lo que llegarían a significar con el paso de los años a lo largo de toda la década de los noventa. Cuatro cuernos. Un 8,25.
Jarkko Rantanen: batería.
Mikko Aarnio: guitarras.
Jani Aho: voz y guitarras.