
1. Incineration Initiator
2. The Northern Portal
3. Damnation's Bells
4. Satariel's Grail
5. Elder of the Nashiym
6. Kaivalya
7. Qayin Rex Mortis
8. Ominous Visions of Nod
9. Stirring the Ancient Waters
10. Litany of Moloch's Feast
11. Thaumitan Crown
Hoy vamos a cubrir uno de esos álbumes que despuntan entre los grandes lanzamientos de los últimos años en materia de Black Metal… y por supuesto, todo cuanto uno pueda decir al respecto, por mucho que se pudiere intentar flipar, vaya de antemano que es una cagarruta comparado con la inmensidad, grandeza y maestría que demostraron los griegos Acrimonious en este esfuerzo que despidieron en 2017. Entiéndase que estamos hablando de algo importante…
Eleven Dragons es el tercer álbum de larga duración de esta agrupación que lleva, así a lo tonto, a lo tonto… cosa de veinte años en el ruedo. Tras una maqueta, dos EPs, y dos álbumes de estudio (cada uno mejor que el anterior) van estos figuras y se despachan un álbum que sesenta y siete minutos donde ni el más mínimo pasaje ni tramo puede entrar en la categoría de “descartable” o “prescindible”. Y cuando digo ninguno, es ninguno. Posiblemente la razón de semejante salida de la gráfica sea el que la banda se tomase sus cinco años desde su anterior lanzamiento para dar forma a este Eleven Dragons. Por otra parte, tenemos que tanto Semjaza, Cain Letifer como C. Docre están relacionados con Acherontas y Thy Darkened Shade, además de otros proyectos no menos desdeñables, con lo que este álbum nace en las condiciones más favorables.
Si uno se escucha el Sunyata del 2012, podrá descubrir que por aquel entonces Acrimonious se encontraban ya por encima de la media y que además eran potencialmente capaces de competir y mirar de tú a tú a agrupaciones como sus colegas Acherontas o a capos como Ofermod o los putos Ondskapt. Por supuesto, los maestros y adalides del Orthodox Black Metal llegaron a ser lo que son en base a algo, pero es que con la llegada de este Eleven Dragons… Acrimonious desafían a los reyes… se alzan en rebeldía. Todo esto metafóricamente, claro. Porque todos sabemos que hay espacio suficiente en nuestras estanterías para todos ellos, el caso es que Eleven Dragons sigue saliéndose de la gráfica. Tomadlo como queráis pero indudablemente este álbum es algo que uno no se encuentra todos los días. Vamos: ni todos los días, ni todas las semanas y, si me apuras y según quién, tampoco todos los meses.
Lo que nos ofrecen Acrimonious no es una simple ración de once canciones muy buenas, no… lo que traen consigo es la puta excelencia. La supremacía. La conjunción definitiva entre oscuridad, caos, melodía, técnica y feeling. Y todo esto por si fuera poco viene acompañado de un libreto plagado de letras de una temática críptica basada en el Camino de la Mano Izquierda, ilustraciones dignas de enmarcar y una calidad de material soberbia. De esos artefactos que te alegra la vida saber que reposan en tus estantes ¿me sigues? Todo el trabajo de diseño y layout se lo debemos a una artista de pseudónimo Vamperess Imperium, quien ya había trabajado con Cain y Semjaza en el anterior Sunyata y también en el proyecto Thy Darkened Shade. El artwork de su autoría, magistral por donde se mire, nos muestra una estrella negra de once puntas rodeada por sus consabidos dragones en clave de grabado, lo cual no hace otra cosa sino despertar nuestra curiosidad acerca de su contenido. Por supuesto, también hay que agradecer al sello alemán World Terror Committee el haber acogido a Acrimonious y su tercer álbum como parte de su catálogo, un acierto total. Pero volvamos a lo musical, que no todo el mundo es un atrapado del formato físico y entiendo que tampoco está al alcance de toda la concurrencia el poder adquirir música copiosamente en dicho formato.
Como hablamos de once canciones que en total exceden la hora, no voy a marear al personal con descripciones tediosas. Si TÚ querido lector has llegado aquí y hasta Acrimonious, claro está que tienes oídos para estas artes y los sabes utilizar. Pasa que no voy a poder resistirme a mencionar de manera puntual una serie de piezas.
Primeramente la opening Incineration Initiator: Amigo… si estos nueve minutos de obertura no te ponen la piel de gallina definitivamente este no es tu lugar. Porque pocas veces presencié en la historia del Black Metal un inicio tan putamente brillante sin recurrir a muletas como teclados, audios cinemáticos u orquestaciones. Una pasada. Luego está el sonido, que… gusto da el poder escuchar dos guitarras con tanta nitidez y poderío y, a su vez el percibir el bajo con semejante facilidad. Aquí un servidor tiene el oído algo duro para el bajo pero con el Eleven Dragons de Acrimonious no hay lugar a confusiones. Todos los instrumentos tienen su lugar y se respetan mutuamente. En este aspecto hay que agradecer el enorme trabajo de Stamos Koliousis en materia de sonido, producción y mezcla. Los griegos siempre tuvieron buena mano con la producción pero aquí sencillamente se coronan.
Palabras aparte merecen momentos de este Eleven Dragons como el apoteósico desenlace de Satariel's Grail seguido de Elder of the Nashiym, que ésta sola es ya razón suficiente para desarmar a cualquier fan de Dissection, Necrophobic o Sacramentum. También está Stirring the Ancient Waters, que aporta excelentes momentos con bajo y medios tiempos, The Northern Portal (telita)… o el desenlace Thaumitan Crown, más frenético y laberíntico hasta alcanzar el desenlace de manera apoteósica.
Tenemos entre manos uno de esos álbumes que, a pesar de su larga duración no llegan a aburrir en momento alguno. Eleven Dragons transcurre fluidamente, haciendo un extraño juego entre versatilidad y coherencia. No te invita a mirar el reloj ni cuantas canciones faltan para que termine. Aquí uno tiene fama de no tolerar álbumes que se extienden demasiado… Pues bien: en el caso de la tercera joya de Acrimonious tenemos una enorme excepción y… cabe pararse a pensar a qué se debe esto, qué tiene de especial exactamente. La respuesta más simple suele ser la correcta: Esto es, que Eleven Dragons es una maravilla de principio a fin. Un monumento del Black Metal actual en todos los sentidos. No le falta nada. No le sobra nada.
Para los fans del Orthodox Black Metal, en especial de los mencionados más arriba y por supuestísimo Watain.
Calificación: Cinco cuernos innegociables. Un 9,5.
C. Docre: batería.
Cain Letifer: voz y guitarras.
Semjaza: guitarras y bajo.
Músicos de Estudio:
J.S.: voz adicional en track 9.
CTN 358: voz adicional en track 9.
Dymadiel: voz adicional en track 9.