
Disco 1
1. Starlight
2. London Leatherboys
3. I Don't Wanna be Like You
4. Breaker
5. Slaves to Metal
6. Princess of the Dawn
7. Restless and Wild
8. Son of a Bitch
9. This One's for You
10. Bulletproof
11. Too High to Get it Right
Disco 2
1. Metal Heart
2. Fast as a Shark
3. Balls to the Wall
4. What Else
5. Sodom and Gomorra
6. The Beast Inside
7. Bad Habits Die Hard
8. Stone Evil
9. Death Row
Las caminos de Udo y Wolf Hoffman volvieron a cruzarse, por y para el bien de la legión de adeptos al sonido Accept, gracias a "Objection Overruled", "Death Row" y "Predator", discos que si bien no trajeron un huracán dantesco en plan "Metal Heart" o "Balls to the Wall", sí que entregaron, uno más que otros, un afortunado compendio de riffs y energía. El pequeño bulldog alemán, el tio más cabreado del Heavy Metal añejo (con el permiso de Lemmy) vuelve al reino del que no debió escapar jamás. Eso, solamente eso, ya era motivo de celebración. Iron Maiden y Judas Priest aún andaban a un par de años de comenzarse a replantear la búsqueda del antiguo cantante, el icono vocal, pero Accept, y sobretodo Wolf, sabedor de que el fandom siempre amará, y más que nada, el material añejo, tira de clásico y le pide a su amigo-enemigo, Udo, la paz. La unión. ¿Definitiva? Estás flipando, colega. Hablamos de Udo, nene. Culo inquieto total. Pero fue bonito mientras duró. ¿O no?
"All Areas Worldwide" iba a ser el encargado de mostrar el poder de Wolf y sus muchachos en los escenarios. Se tenía que demostrar la vigencia del concepto Accept. ¿Era 1997 un buen año para una banda de Metal puro como Accept? ¿Era necesario un nuevo directo en el seno del grupo después de aquel seminal "Staying a Live"? Pues claro que sí, joder. Nunca es tarde para el buen Heavy Metal. Nunca es tarde para Accept. Y menos si es el mismísimo Udo el que se hace cargo de los ariscos alaridos.
La banda estaba en plena presentación de "Predator", el disco que sirvió como colofón a la estancia de Udo, aunque volvería pasados unos años. El pequeño gran hombre volvía a estar harto de no ser el jefazo, el mandamás, y anunció a sus compañeros, management y, por ende, a todos los fans, que el tour era el último con él a cuestas. Una carrera solista bien cañera, que arrastró a mucho seguidor "Acceptiano", y en la que se sentía más a gusto (además de no tener que compartir ganancias) no podía competir con su primera e icónica bandaza. Por mucha pasta que se ganase allí. Udo quiere volver a ser el rey. No uno más en el reino. Se viven tiempos de celebración. Accept siguen al pie del cañón, mil años después de su formación y con muy buen nivel. Si es que ya se sabe eso de "quien tuvo, retuvo". Gran verdad, joder. Aunque la celebración se nos acaba. Menos mal que un testimonio dará fé. "All Areas Worldwide" comienza, hermano. Sé rápido como un tiburón, pon tus huevos contra el muro y espera a tu princesa del amanecer. Haz lo que quieras mientras el show no dé comienzo. Pero no te pierdas un segundo de la movida. Accept van a perder su vozarrón y el momento vale su peso en oro. Momento histórico, oye. Y en doble CD. Da gusto cuando se cuida a los fans.
Una portada normalita, aunque no carente de garra, con los cuatro Accept del momento (Wolf, Udo, Peter y Michael) sudando la camiseta, nos avanza que viviremos un show sudoroso, eléctrico, caldeado y potentorro. ¿Qué como lo sé? Joder, es lógico. Accept no dan malos directos. No saben. Así que es de cajón que "All Areas Worldwide" molará. En su momento, solamente aparecer, me hice con el disco de marras. No consulté a nadie, no me leí ninguna crítica. No la necesitaba. Accept siempre han cumplido y no iba a ser ésta la primera vez que la joden. Estaba muy seguro del poder "Acceptiano". ¿Te apetece comerte una tremenda selección de clásicos metaleros? Pues venga, tira para el show. Que la cosa está al caer...
"Starlight", que casi sin pedir permiso pilla la quinta y se pone a todo trapo, demuestra que la garganta de Udo estaba en una etapa de alucine. Su desgarro acojonante te pone los cojones por corbata y la guitarra de Wolf actúa como mazo tremebundo, como castigo de los dioses. Dioses rifferos, que quede claro. El bajo de Peter, bien percutante y sólido, marcándolo todo, como delimitando hasta dónde se puede o no llegar, late cojonudamente junto al kit de Michael, quien no es Stefan, pero cumple como el que más.
"London Leatherboys" (impecable, de nuevo, la labor de Peter), "I Don't Wanna Be Like You", la hímnica "Breaker" y la cañera y descacharrante "Slaves to Metal", todas con un cuidado sonido y bastante tino, garra y cojones a la hora de ser llevadas al mundillo del directo, nos deja ante, para mí, una de las tres mejores canciones que jamás han parido los teutones: "Princess of The Dawn". He perdido la cuenta de las veces que habré escuchado el tema. Tanto en estudio como en el mítico "Staying a Live". Si alguien, alguna vez, me da el número exacto de veces que habré caido rendido ante el poder del mega-temazo, desde luego, me quedaría flipado. Parecería que no hecho nada más en 31 años que darle cera a la cancioncita de marras. Y la pieza que se encuentra en "All Areas Worldwide", como no podía ser menos, ha sido trabajada como merece. Wolf quema su púa, el bajo de Peter bombea toda la sangre, además de mostrarnos, en mitad de la onda, como se las gasta con sus cuatro cuerdecillas, la voz "BrianJohnsonera" de Udo calienta como nadie el ambiente y el aura metalera, esa energía especial que siempre ha tenido el tema, surge. Pura magia, la melodia que escupen las cuerdas del tito Wolf. Magia total. Momentazo de lujo. Los coros del público, que aparece menos de lo deseable, acaban por hacer bien certero el asuntazo. Si no te emociona "Princess of the Dawn", tio, tenlo claro: estás muerto y no lo sabes. Ahora ya sí. Ya puedes irte a buscar la luz, pintamonas. Saludos a Carol Anne. Si AC/DC hubiesen sido Heavys, pero Heavys de verdad, más amiguetes de Priest que de Chuck Berry, desde luego que habrían firmado "Princess of the Dawn". Pero como la cosa se terció de un modo diferente, Dios puso en la tierra a los Accept para parir semejante obra magna.
"Restless and Wild" (sonidazo, fuerza y las ganas de enfrentarse a mil ejércitos, y creyendo que vas a sobrevivir) y "Son of a Bitch" (con la misma chulería del disco..."Son of a Bitch...Kiss my Ass"....impagable), más material del que pone cipotón hasta al eunuco Farinelli, levantan pasiones, levantan el nivel del directo (ya de por sí bien competente y molón) y dejan claro que Accept, independientemente de que ya no se pudiesen ni aguantar, sobretodo Wolf y Udo, son más profesionales que un jodido Yakuza y se salen con la suya, haciendo creer que son un solo ente, poderoso como el trueno, y sin taras. Oyendo como se las están gastando, uno no cree que la cosa sea un tour de despedida. Así anda el nivelón. Wolf carga con todo el peso de las guitarras y ni se nota. Titanes teutones. Teutones cabrones. Los amos del cotarro alemán. ¿Scorpions? ¿Los de "Under the Same Sun"? No me jodas, tio. Meine es la bomba, pero Udo es la ley. Rob Halford + Brian Johnson + acidez estomacal, y sumado a la posesión de medio averno. Eso es Udo. No me extraña que el enano le de cera al buen Metal. Su voz es una katana.
"This One's For You", "Bulletproof" (temazo "AC/DCista" total, y que suena con huevos de toro) y "Too High to Get it Right" cierran el paso por el primer CD y la cosa me está encantando. Medio show y ya andamos con diez kilos de menos. Si la audiencia, que parece como escondida en muchas partes del concierto, sin duda, opacados por el sonidazo que se escupe desde la muralla de Marshalls, tuviese más presencia, la cosa ya sería orgásmica. Aún así, el pantalón corre peligro, tio. No se descartan manchas raras. Siempre puedes decir que es mahonesa. O el escupitajo de un Troll. Volamos al segundo redondo...
Accept son unos cabrones. No hay más. No se puede ser tan "joputa". No hay quien pueda soportar el peso metalero de la que se nos viene encima ahora. Ni Hulk, ayudado por Thor, Superman y Lemmy podrían. La trilogía magna del combo, la que todo el mundo que ha visto a Accept en vivo espera desde antes de entrar al recinto, ya está aquí. Y ni en la parte de bises ni nada. Directos al grano. ¿No quieres caldo? Dos tazas. Si sé es Heavy, sé es hasta la muerte. Pues, ala. Aguantemos la tormenta de adamántium sónico. "Metal Heart", "Fast as a Shark" (joyaza) y "Balls to the Wall", las tres sonando a pura gloria, deleitando al oyente y al público, hacen trizas todo lo que tocan. Estar a miles de kilómetros de la salvajada no te salvará. Trilogía sacra, tocada de cojones, que se hace sentir hasta en el rincón más apartado de Marte. Metal universal. Todo puede hacerse añicos en el nombre de Accept. Incluso la creación. Eso sí, para la próxima, una versión más cortita del "Balls to the Wall". No hay que abusar... o se rompe el saco, "Wolfie".
"What Else", "Sodom and Gomorra", "The Beast Inside" (fantástica, de lo mejorcito del "Death Row"), "Bad Habits Die Hard", "Stone Evil" van acercándonos al track final, al fin de fiesta "Acceptero". Hay que aceptarlo, tios. Estamos a un tema de que Udo y su historia con el grupo sea precisamente eso: historia. Putadón. Pero hay que ser fuertes, que para eso tenemos un corazón de metal. Somos como Robocop. Duros a rabiar. "Death Row", que con su acotación modernilla, riffera y "pegadora" nos da de lleno en la sién (ya hemos dicho que eran unos "joputas") hace sonar a la banda bien potentilla, modernilla y entregadilla. La trilogía que abre el segundo CD debería de haber sellado el directo, por eso de acabar saliendo por la puerta grande, pero no nos quejemos, coñes. El orden de los factores no altera el producto. El dolor de cojones lo tenemos igualmente. Menudo patadón alemán. Certero.
4 cuernos (medio-altos) para "All Areas Worldwide", un "Staying A Live" menor, sin ese aura intachable de directo crepuscular y seminal, pero que engancha y que muestra a una formación de Accept peculiar, pero igualmente tremebunda. Udo atruena y Wolf se porta como el amo que es. Ni una queja. Bueno, sí. El público debería de sonar mucho más. Y el que el show estuviese parido en la misma noche también me haría gracia. Los "Live" de retales no me emocionan igual, aunque aquí tampoco es que se note mucho, la verdad. Por lo demás, vuelvo a darle cera ahora mismo. A ver ese "Princess of The Dawn"...
Mega-disfrutable. Ve como un tiburón a por él. O te pondrán de espaldas contra un muro. Y el poli que viene no lleva pantalones. Tú mismo.
Udo Dirkschneider: Voz
Wolf Hoffman: Guitarra
Peter Baltes: Bajo
Michael Cartellone: Batería