Aborym - Kali Yuga Bizarre

Enviado por MetalPriest el Sáb, 15/03/2014 - 04:18
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De la escena italiana de black metal (que por lo general cuenta como su punto fuerte el black sinfónico), hay una banda distinta a la que rescatar de tanto imitador y grupo visual, y esa banda es Aborym. No digo que las demás bandas sean malas exactamente, lo que insinúo es que prácticamente ninguna de ellas puede compararse a los tíos estos de Taranto. No tengo nada personal en contra de esa movida (aclaro), lo que pasa es que lo que Aborym hicieron (todavía en la década de los noventa) es una proeza inhumana, de esas comparables a la perpetrada por Cynic en su magno Focus (por ejemplo).

En 1992 (nada menos) estos chichos iniciaron sus andanzas black-experimentales a la vez que muchos grandes del género más al Norte, lo cual es un detalle a ser tomado en cuenta, pues Aborym podría describirse como una banda de vanguardia, incluso desde sus inicios. Imaginaos: una mezcla del black sinfónico más severo y elegante con claros dejes industriales y electrónicos en general. Una mezcla que de solo imaginarla pondría los pelos de punta a cualquier purista porque... ¿Cómo va a sonar semejante misceránea bien? ¿Es posible semejante logro? Pues sí, lo es... y el asunto suena bien... y ya ahora os lo adelanto: suena mejor que bien, suena magistral. Ver semejante combinación de elementos musicales danzar unos con otros en hermandad y armonía pone la carne de gallina. Palabra.

No estamos ante unos aficionados que se dedican a esto por placer de emular a los anteriores, tíos. Estamos ante unos compositores natos que supieron captar el halo oscuro del black metal y hacerlo suyo, mestizando sin ninguna vergüenza esta música con sonidos más propios de Ministry y Coil, así se muestra ante nosotros la obra de Aborym, y este Kali Yuga Bizarre en especial (su gran debut) no va a ser moco de pavo. Para nada. En este, más que en ningún otro podemos distinguir las guitarras más black rifferas y los arreglos sinfónicos más elegantes (dignos de los mismísimos Emperor o primeros Dimmu). En las voces podréis destacar con emoción la labor de Yorga S.M., un tío que sabe lo que hace con su garganta. Pero... hay más, y es que tenemos en este álbum al mismísimo Attila Csihar (voz de Tormentor y Mayhem) en tres tracks, aportando su granito de arena a la fama de Aborym, también Asmond Gvas de Stormlord colabora en un par de tracks pero bueno, ya profundizaremos en ello más adelante.

Perdonad que me repita compañeros, porque comprended que quiera que esto quede claro antes de comenzar la reseña: La inmensa importancia y valor de la música de Aborym. Y no por otra cosa sino porque soy consciente de la falta de popularidad de las bandas avezadas al black metal (restando a las diez más famosillas), sobre todo cuando se trata de asuntos experimentales. Esto es algo gordo, desde su comienzo hasta la actualidad. Absténganse los tradicionales o los cerrados de mente porque les va a chocar tanta variedad de sonidos, voces y estilos. Esto va más allá de las etiquetas. Vamos a meternos de a pocos en esta opus de 1999 ahora mismo; despacito y con buena letra, procurando diseccionar lo mejor posible la propuesta para mejor entendimiento... ¿Quién iba a decir que a un año de entrar en el siglo XXI todavía saldrían obras maestras del black metal como At The Heart Of Winter, Stronghold, o este (no menos titánico) Kali Yuga Bizarre? La vida es una caja de sorpresas amigos.

Aborym abre a por todas con Wehrmacht Kali Ma, creación oscura y muy black tradicional, salvo en determinados arreglos sinfónicos y la batería, que a pesar de ejecutar un tempo veloz y unos bombos atronadores luce con orgullo su clara naturaleza artificial (pues es programada), acercándose así al industrial. Yorga, líder de la banda canta con su garganta, dejando que el aire retumbe en sus cuerdas vocales más profundas. La descarga es intensa, muy sobrecogedora de primeras... y la producción ayuda aportando una pizca de suciedad a la música y dando más aires clásicos a este Kali Yuga Bizarre. No es que se haya tratado mal el sonido de este álbum, no no... sencillamente no alcanza la pulcritud de la mayoría de entregas de aquellos años (pues el black ya no era tan underground). Horrenda Peccata Christi prosigue este álbum, acentuando la presencia de sintetizadores más industriales, al igual que los elementos de percusión. Las guitarras (trabajo conjunto de Yorga, Nisrok y Herr Kremator) mantienen firme la propuesta black, oscureciendo las composiciones cada vez que se manifiestan. Pura escuela de Samoth. Esta Horrenda Peccata Christi también muestra muchos más matices y variedad de tempos que Wehrmacht Kali Ma, mostrando por tanto a los Aboym más complejos de aquellos tiempos. Menudo desenlace por cierto, una apoteosis.

Hellraiser viene después, cover de los londinenses Coil, una cuidada pieza de dark ambient en esta ocasión interpretada por el afamado Attila Csihar. A parte de la presencia de una de las gargantas más famosas del género, esta Hellraiser también destaca por su poder atmosférico, su oscurantismo y maldad a pesar de la ausencia de guitarras. Una ideal forma de llegar a la joya de la corona: Roma Divina Urbs. Esta cuarta pieza es probablemente una de las más grandes creaciones de Aborym, no solo de este Kali Yuga sino de toda su carrera. Ya desde su orgulloso comienzo destila grandeza y una inmensa fuerza, cuando al fin arrancan las baterías y hachas no hay vuelta atrás: llegamos a una composición sinfónica digna de los más inspirados Emperor, pero con un sonido solo alcanzable por la mano de estos italianos. Roma Divina Urbs... atentos a la magia que desprende en todo momento pero (por poner un ejemplo claro) fijaos en el pasaje 3:24 y en las voces limpias de Yorga, de lo más emotivas. Un diez indiscutible, continúo porque sino esto se eterniza ensalzando cada uno de los nueve minutos de esta pieza.

Tras la lenta y dulce muerte de Roma Divina Urbs viene de la mano Darka Mysteria, sin renunciar a los blast beats que tanto gustan a estos italianos, Attila no tarda en hacer su aparición de nuevo, conjurando esos graves y característicos cánticos con los que se hizo famoso mundialmente en el De Misteriis Dom Sathanas. La canción es inquietante, con un aura sobrecogedora bien por el sintetizador, los gritos lejanos y la confusión de voces que se congregan aquí. Buenos riffs los de los minutos 0:35 y 3:05. Tantra Bizarre es ya la locura máxima: una composición de puro industrial cañero. Podemos encontrarnos decenas de detalles y pasajes, escupiendo sobre la monotonía típica del black, no es nada parecido a lo escuchado antes en el disco, pero... sencillamente cuadra, conjunta. Inexplicable. Casi no hay guitarra, y los contados segundos que pude encontrar están totalmente distorsionados por efectos de la mezcla.

El black ha desaparecido, o al menos... nos sigue haciendo esperar con la llegada de Come Thou Long Expected Jesus, pues en este track tenemos una especie de breve sermón pronunciando por Asmod Gvas. Sermón bien molón por cierto, con una fonética fortísima y unos coros religiosos junto un órgano de fondo. Inquietante. He aquí la letra traducida:

"Si yo fuera usted me preguntaría mucho:
porque el suicidio es la renuncia y la renuncia es una blasfemia vil que modificar a la muerte. Qué es mejor, por lo tanto, a juicio de una mediocridad plebeya repulsiva colectivo o el instinto loco de nosotros elegidos por nosotros a los elegidos de Dios, y explica por la hipérbole: si Pinochet merece la prisión como condena social por sus presuntos delitos, Fidel Castro merece al suicidio a fin de expiar el mismo hecho de haber nacido..."

Tras esta locura de declaración, entra a matar la octava pieza: Metal Striken Terror Action. Ahora sí, ahora ya regresa el black más crudo y salvaje de Aborym. Yorga petándolo con un registro grave, las guitarras retumban rifferas y técnicas en todo momento y Herr Kremator machaca con la batería programada. Una pasada de solo también, muy de la escuela de Slayer por su velocidad y caótica melodía. Metal Striken Terror Action se apaga poco a poco, de forma desquiciada y melódica, hasta que sencillamente llegamos al último corte: The First Four Trumpets. Ahora, en la recta final Attila nos despide con unas vocales imposibles de entender, narrando lo que tal vez sea el comienzo del apocalipsis. Aquí les dejo una traducción aproximada (que se pueden saltar los que deseen):

" Sonó la primera , y se formó granizo y fuego mezclados con sangre,
que es derramada sobre la tierra, y se quemó la tercera parte ...

La primera trompeta fue un desastre para la tierra ...

Jugó la segunda , y como una gran montaña en fuego fue precipitada en el mar ,
y la tercera parte del mar se convirtió en sangre , murió la tercera parte de las criaturas
y la tercera parte de las naves fue destruida ...

La segunda trompeta fue el cataclismo que arremetió contra los mares ...

Jugó la tercera , y cayó una gran estrella del cielo , ardiendo como una antorcha ;
cayó sobre la tercera parte de los ríos y sobre los manantiales de agua ...

La tercera trompeta anuncia la plaga que ha afectado a los ríos ...

Tocó el cuarto , y se golpeó la tercera parte del sol , la tercera parte de la luna , y la tercera parte de las estrellas
Entonces frunció el ceño un tercio de su día y perdió un tercio de su luz, y llegó la noche ...

La cuarta trompeta da rienda suelta a catástrofes que afecten al cielo estrellado ... "

Miré, y oí a un águila volando en medio del cielo , diciendo:
" ¡Ay, ay , ay de los habitantes de la tierra a los otros anillos de
trompeta de los tres ángeles que han de tocar ". "

Musicalmente es una creación negra, monótona y desoladora. Tiene cierto parecido a Towards The Pantheon de Emperor, sobre todo por los teclados y el ritmo cabalgador de la batería. Sin dudas, The First Four Trumpets es una despedida épica y reflexiva. Podría ser más variada o más movida, no obstante no se me ocurre mejor final para todo este viaje astral que esta pieza enfermiza y tétrica.

Ahí queda este Kali Yuga Bizarre, uno de los álbumes más infravalorados del black metal, y de la música extrema en general. Aboym cometieron el pecado de nacer en un país como Italia, con una escena metálica aunque conocida, poco respetada, sobre todo en el black y el power. Es una lástima pero... como solemos decir: "Al menos su música ahora es inmortal, y eso no se lo quita nadie". No importa los años que pasen, en algún momento, los seguidores del movimiento volverán su mirada hacia atrás y ahí verán a Aborym; puros y gloriosos en su magnificencia, envueltos en los dorados mantos de la victoria.

Huelga decir que un álbum de estas dimensiones se merece la puntuación máxima, y ya no por el hecho de mezclar el mejor metal sinfónico con industrial y dark ambient, sino por haber hecho eso mismo con una clase y maestría que solo tienen los mejores: los más valientes, visionarios y pirados. Cinco cuernos altos para Aborym y su primer LP; el Kali Yuga Bizarre: un 9,75. Una de las últimas joyas musicales que dio el metal en el siglo XX, cuya comprensión solo está al alcance de unos pocos.

Yorga S.M.: voz, guitarra, sintetizador, coros.
Nisrok Slaitlantha Sathanas: guitarra, sintetizador.
Malfeitor Faddan: bajo, sintetizador.
Herr Kremator Sethlans D.T.A.: guitarra, batería programada.

Artistas invitados:

Attila Csihar: voz (tracks 3,5 y 9), coros.
Asmod Gvas XI Volgar Dei Xacrestani: voz (track 7), declaración de track 8.

Sello
Scarlet Records