
1. Intro (02:29)
2. Он пришёл (Аспид) [It Came (Aspid)] (07:32)
3. К цели одной [Towards One Goal] (05:53)
4. Дай мне (Пьеса для балета) [Give Me (Play for a Ballet] (08:27)
5. Эй, ты [Hey, You!] (04:15)
6. Там, где ночь [Where the NIght] (06:11)
7. Коматозное состояние [Comatose State] (05:05)
8. Кровоизлияние [Extravasation] (07:07)
Momentos y lugares. No es un secreto, para tener éxito a veces solo basta con estar en el momento y lugar indicado. Muchos músicos se beneficiaron, o más bien, fueron catapultados directamente por estar cerca de escenas grandes en épocas determinadas. Imagina estar en Los Ángeles en los ochenta, Inglaterra en los setenta, Noruega y Suecia en los noventa. ¿Vas entendiendo no?, solo imagina juntarte con tus tres o cuatro colegas, hacer tu propio material y tener la posibilidad de contactar a los peces gordos del movimiento, tener la oportunidad de tocar un poco en un bar del Sunset Strip y luego fichar por una reconocida casa disquera, qué bello, qué cómodo, ¿qué fácil?.
Ahora imagina juntarte con tus tres colegas, hacer tu material y luego tratar de surgir en una ciudad como Volgodonsk, a finales de los ochenta en la Unión Soviética, donde todo estaba jodido y el caos político reinaba en cada república, en cada óblast. ¿No parece tan sencillo ahora, verdad? Momentos y lugares. Si tienes talento, ganas y además estás en una ciudad cuna de movimiento te conviertes en (qué se yo) Exodus, Sadus o Testament. Si en cambio tienes talento y ganas pero estás en una ciudad que más bien es un grano en el culo del mundo, pues te conviertes en la banda que traigo hoy.
No quiero ser malinterpretado, no digo ni por asomo que las bandas grandes, fruto de las grandes escenas no tengan su mérito, al César lo que es del César mis lectores, solo digo que a veces muchas bandas de gran calidad quedan sepultadas por no haber pertenecido a un lugar concreto, por no estar en donde todo germina. Entre más lejos te encuentres de la fuente pues más tendrás que esperar para beber, así ha sido siempre y no cambiará. Vamos, nadie tiene la culpa que el próximo Jimi Hendrix esté en este momento naciendo en un pueblo olvidado por Mefistófeles en el oriente de Madagascar.
Como sea, hoy hablaré de Аспид (Áspid), una banda nacida en la ciudad rusa Volgodonsk, ubicada en el óblast de Rostov, en el Distrito federal del Sur. Para ser sinceros no se trata de una villa de tres gatos y un perro en medio de Siberia pero puedo asegurar que no es un centro urbano donde uno esperaría surgir como banda de thrash metal. Nos dejaron un rápido pero memorable legado de thrash metal técnico muy valioso, Кровоизлияние (Extravasación/Hemorragia), publicado en 1993 por una disquera de Letonia, muy lúgubre todo. Pues bien, lo que se conoce de estos tipos es más bien poco, hasta donde se puede saber publicaron solamente este álbum que hoy presento y se esfumaron, y es una jodida lástima porque pudieron lograr cosas mejores, evolucionar (aún más) en nivel compositivo y tal vez lograr un poco más de reconocimiento, algo más digno que la fama estrictamente comercial-económica. Nos quedaremos con las ganas porque esto es lo que hay. Así que adelante.
Кровоизлияние es un disco que suena bien, thrash metal con matices muy muy técnicos, mucha caña y una multitud de momentazos que recuerdan a los mejores de la escena americana. Hay guiños a Sadus, Voivod, algún tufillo a Watchtower e incluso ciertos elementos que me recuerdan a la edad dorada de Metallica, puestos ya en el análisis a veces identifico pasajes que parecen propios de la escena de thrash germano. Para ser un álbum debut suena tan compacto y tan sólido que parece que los tipos que lo parieron llevaran años componiendo juntos. No tiene esas cosillas de muchos debuts; quiero decir cierto desorden o la sensación de escuchar una banda en sus momentos de “amateurismo”, no, lo que escuchamos aquí es una banda maciza y gorda. Con su nómina establecida de manera profesional. La producción es muy buena también, lejos de lo cutre que uno espera con bandas así. Los cuatro creadores parecen salidos de una pandilla de lo más ruso entre lo ruso, perfectamente atribuibles a una obra de Tolstói: Aleksander Sidorchik en las guitarras, Vasiliy Shapovalov en la batería, Vladimir Pyzhenkov en el bajo y Vitaliy Kholopov a cargo de las voces, un poco de vodka y Na Zdorovie, señores.
Casi cincuenta minutos de metal agresivo salido de las entrañas de Rusia, como en la portada, la víbora descomunal se despierta, irrumpe en la superficie anunciando su catastrófica llegada: una inquietante y peliculera introducción instrumental da inicio al álbum. La tonada amenazadora y lúgubre dura un par de minutos hasta transformarse en un musculoso riff. Он пришёл (Аспид) es un ataque progresivo de thrash metal, mucho cambio de tiempo y tal. Vitaliy hace desde el inicio muestra de sus dotes como vocalista; provocador, agresivo y rígido pero limpio. Me llama la atención el idioma, la estructura de su lenguaje imprime cierta cólera extra. Cuando escuchas música en un idioma conocido (así sea a medias) ya hay una especie de confianza o familiaridad, aquí en cambio te encuentras un tipo rugiendo en un idioma eslavo con todas sus fuerzas, no sé, me da una mala espina tremenda el no entender un carajo lo que vocifera, a menos que domines ruso te encontrarás con una sensación de peligro y oscuridad idiomática constante, como meterse donde a uno no lo han llamado. A la canción le sobran riffs y licks, los solos son muy bien elaborados y toda la atmósfera es densa y espectral. Un temazo para darnos cuenta lo que encontraremos el resto del álbum.
El bajo de Vladimir abre К цели одной, empieza lenta y heavy pero poco a poco se transforma en un bombardeo de buen thrash. Un riff afilado comanda la escaramuza con Vasiliy enorme en la batería (en la mitad se marca un pequeño solo a punta de doble bombo, brutal). La banda le sigue su ritmo demoledor para entrar a la sección del solo de guitarra, suena a clásico total, ¿no serán estos tipos espías americanos provenientes de la Bay Area?, vaya manera además de finalizar la canción.
En tanto, Дай мне (Пьеса для балета) abre de manera orquestal, se avecina algo grande sin duda. Guitarreos estruendosos y gordos por parte de Aleksander, batacazos por doquier van moldeando un ambiente hostil, radiactivo. Vitaliy vocifera con furia sus líneas mientras el ritmo cada vez va tomando fuerza y velocidad. Demenciales cortes y cambios de tiempo predominan en esta sección hasta que un atrevido riff se manifiesta para dar paso a un electrizante solo. El ritmo se acelera por fin y cuando nos damos cuenta estamos en medio de un huracán de punteos y trote cien por ciento thrasher, el tema se cierra con una retahíla iracunda de versos por parte de Vitaliy.
La quinta pista, Эй, ты tiene desde el inicio un estilo rápido y aplastante, es monumental el trabajo de Vladimir en sus pasajes a cuatro cuerdas, provocador y muy técnico. Nos encontramos una canción de carnicería, cuchillos y hachas en todos lados, señores. Un tema pesado y fornido en poco menos de cinco minutos. Там, где ночь por su parte nos abofetea desde el inicio con un lick espectacular de Vladimir, luego la canción se convierte en una lluvia de cortes y cambios de tiempo infernales, rápida e intensa. Aquí menciono de una vez que si Aleksander es un guitarrista supremamente capaz, no puedo dejar de darle valor también al puto Vladimir, un bajista enorme, para nada de los que se limitan a seguir las líneas de la guitarra o la batería sino que te crean sus propias secciones, complementan la canción con material único y sonoro, mucho aire al maestro DiGiorgio aquí. El tema en tanto tiene tal vez los pasajes más agresivos del disco, Vasiliy se marca unos blast-beat discretos pero correctos, esto no hace sino aumentar la toxicidad del panorama, para escuchar una y cien veces.
Коматозное состояние es la penúltima pista, se abre por Vasiliy y nos encontramos con cinco minutos de puro thrash metal, riffs de antología, secciones rápidas en armonía con medios tiempos brutales. Una vez más Vitaliy chilla sus lamentos en total ausencia de cordura, muy acorde a lo que podríamos inferir que trata la temática de la canción (estado de coma). Aleksander aparece de nuevo en escena para mover sus dedos ferozmente, sin dejar ni un segundo el trabajo sensacional de riffs y licks y uno que otro solo muy bien logrado. Para cerrar, la pista homónima, Кровоизлияние (lo que traduciría hemorragia o extravasación: la salida de un fluido de su vaso, según la certera RAE), un tema instrumental de siete minutos donde toda la banda se dedica a marcarse cortes, solos, cambios de ritmo y tiempos locos. Mucho protagonismo de Aleksander y un feeling tremendo, espectacular pista para cerrar el álbum, que nadie diga que no.
Llega la hora de calificar mis lectores, creo que cuatro cuernos le hacen justicia a esta placa, como dije, para tratarse de un debut (y a la larga la única publicación oficial de la banda) nos encontramos con un álbum bastante competente, calidad y brutalidad en partes iguales. Sin duda hay que entrar a valorar también el contexto histórico y territorial; ya en 1993 se había escuchado prácticamente de todo en el universo thrasher por lo que no estamos frente a un disco precursor ni tampoco hablamos de un hallazgo arqueológico, lo que sí se debe decir es que para ser una banda rusa pues sí hay que hacer una especie de salvamento de voto si tenemos en cuenta que llevaban poco tiempo de apertura económica y cultural con occidente. Si bien Кровоизлияние vio la luz en la actual Rusia, es lógico que estos tipos empezaron cuando el régimen comunista aún los gobernaba (1988-89) por lo que tener contacto con la música extrema de Europa central o californiana era toda una odisea, es obvio que tienen influencias múltiples provenientes de las mayores escenas de thrash del globo pero no pudieron mamar de ellas como otras bandas, por eso hay que valorar mucho el esfuerzo de esos Аспид, una banda que tuvo una vida corta, sin fama ni repercusión comercial y que se extinguió teniendo como mayor logro este álbum, no hay mayor ganancia que veinticinco años después al menos un par de devotos le hagamos honor dándole una escuchadita nuevamente y pasando el voz a voz de una banda de Volgodonsk que en 1993 rockeó como ninguna otra en la zona. No es la única banda rusa ni mucho menos (no descarto traer a los Mactep [Master], thrash metal de Moscú, mucho más conocidos que Аспид y con extenso material) pero seguramente estamos frente a una de las bandas más sobresalientes del movimiento eslavo de metal extremo, sea underground o no, eso no lo dudes un solo jodido segundo.
Vitaliy Kholopov: Voces.
Aleksander Sidorchik: Guitarras.
Vladimir Pyzhenkov: Bajo.
Vasiliy Shapovalov: Batería.