Iron Maiden - Senjutsu

Enviado por Dieguitoacdc el Dom, 05/09/2021 - 23:41
7

1. Senjutsu (Smith/Harris) 8:20
2. Stratego (Gers/Harris) 4:59
3. The Writing On The Wall (Smith/Dickinson) 6:13
4. Lost In A Lost World (Harris) 9:31
5. Days Of Future Past (Smith/Dickinson) 4:03
6. The Time Machine (Gers/Harris) 7:09
7. Darkest Hour (Smith/Dickinson) 7:20
8. Death Of The Celts (Harris) 10:20
9. The Parchment
(Harris) 12:39
10. Hell On Earth (Harris) 11:19

No miento si digo que he estado (hasta con la reseña escrita) muy cerca de ceder a otro reseñista el álbum, por el nerviosismo que me genera hablar de Iron Maiden, mi banda preferida de Heavy Metal. Uno de los motivos es lo complejo que puede llegar a ser coincidir con todos los seguidores del grupo a la hora de reseñar algo de ellos. Y es que Maiden tiene una diversidad de fans enorme: por un lado los que solo quieren saber de los Maiden de los 80 (cuántas veces habré escuchado eso de “yo dejé de escuchar a Iron Maiden después del Seventh Son”), los que aceptan todo menos la era de Blaze, los que en cuanto Maiden amenazaron con ponerse algo progresivos como sucedió especialmente en el “Final Frontier” sintieron urticaria (a ellos los invito cariñosamente a no escuchar el trabajo y volver a “Run To The Hills” porque hay mucho de aquel disco), los que odian o detestan “Fear Of The Dark” (o los que sienten amor-odio)…hay muchas variables y TODAS son respetables. En mi caso adoro toda la etapa clásica, defiendo el “X-Factor” y toda la discografía contemporánea de los Maiden (de hecho, tengo en muchísima estima el “Final Frontier” y el “A Matter Of Life” que tantos esquemas rompieron).

“Senjutsu” es el nombre elegido para este nuevo trabajo de los británicos (el decimoséptimo de su extensa discografía) y lo han presentado con una portada en la que figura un Eddie versión Samurái muy chulo, aunque quede un poco asolado delante de un fondo negro que transmite poco o nada (hay una versión creada por sus fans con un fondo inspirado en el Antiguo Japón que hubiera quedado mejor). Como me pasó en el “Book Of Souls”, la portada deja que desear.

Entrando en esos datos técnicos que siempre hay que dar, cabe señalar que el disco lo conforman 10 piezas que suman más de 80 minutos de música y que nos ofrecen en un doble álbum. La grabación se realizaron en los habituales estudios parisinos Guillaume Tell dos años antes del lanzamiento (la banda lo escondió en una caja fuerte hasta su publicación para evitar cualquier filtración) con el no menos habitual Kevin “Caveman” Shirley (otro que genera división de opiniones) tras los mandos de una producción en la que también figura acreditado el propio Steve Harris (¿necesita presentación?) del que hablaremos largo y tendido.

Desde esos golpes de lo que creo que es un taiko (tambor típico japonés) seguro que todos nos quedamos algo descolocados. “Senjutsu” es un tema místico, construido a partir de riffs pesados, con punteos adicionales que aportan un feeling más oriental, mientras que el bajo y los teclados de Steve y la batería de Nicko conforman una base sólida y densa que va acorde con la letra (va sobre la defensa de una muralla por parte de un pueblo que se ve amenazado). Dickinson se muestra muy bien, sin forzar excesivamente (tal vez en algún agudo de la zona intermedia), pero cumpliendo con su cometido. Aunque con las escuchas me ha gustado (especialmente el estribillo, al más puro estilo “himno de estadio”), siento que le sobran un par de minutos a este bienintencionado corte.
“Stratego” se parece más a lo que hemos escuchado de Iron Maiden en estos últimos años, con un riff compacto y con ciertas pinceladas diabólicas, una presencia enorme (¡eso me encanta!) de bajo y un Dickinson que canta sobre los riffs que escupe la guitarra de Janick, co-compositor del tema junto a Harris (un recurso que no todo el mundo acepta, pero que a mí particularmente me parece realmente agradable). Aunque lo que llama la atención es la presencia de teclados (hacía tiempo que no tenían tanta presencia en un disco del sexteto) que se acoplan bien a las guitarras, aunque por momentos me da la sensación de que no lo hacen tanto tras el estribillo. La sucesión de estructuras, más simples que las que están por venir en próximos cortes, está lograda, permitiendo a Bruce cantar con elegancia y soltando algunos agudos de los que generan adicción. Esta tiene continuidad en la ya conocida “The Writing On The Wall”, primer single del álbum que a más de uno dejó sin palabras por sus aires renovadores (pocos en comparación con el resto de números que conforman este trabajo) y que, al menos a mí, me fue gustando más y más con las escuchas. Su riff sureño, la calidad de los diferentes solos y la interpretación nuevamente poderosa de Bruce son lo más destacable de este número.

Me ha sorprendido para bien “Lost In A Lost World” por la cantidad de propuestas que incluye en sus nueve minutos de extensión. Los dos primeros minutos se erigen entre punteos acústicos, un bajo con gran presencia y la voz distorsionada de Dickinson (en esos instantes se acerca casi a lo que entendemos por una balada psicodélica). Después explotan los riffs eléctricos, el bajo de Harris gana presencia y la canción avanza martilleante hasta el efectivo estribillo, no sin antes brindarnos un curioso puente en el que Bruce canta sobre la guitarra punteada de Gers y los sintetizadores responden con unos acordes lentos. El desarrollo instrumental que viene después es de desarrollo lento y progresivo, pero muy acertado también. Número que Harris emplea para reivindicar los derechos de las poblaciones indígenas que fueron exterminadas en el pasado, quedando los supervivientes y descendientes encerrados en reservas.

Para los que necesitan algo de los Maiden más rápidos, Adrian y Bruce compusieron “Days Of The Future Past” (tema inspirado en el cómic de Marvel “Constantine”), una canción que nos engancha cuando el riff de Smith rompe con el aura de misterio creada por unos primeros compases inciertos. Buena progresión en general, sin grandes sorpresas, recordando en general a canciones de sus últimas producciones como “When The River Runs Deep” o “The Wicker Man”. Metal rápido y con la garra que también ha estado presente en algunas obras contemporáneas.

Va a ser enorme la división de opiniones que generará “The Time Machine”, una arriesgada propuesta de “la doncella” que, pese a su destacable y más reconocible inicio teatral (¡enorme Dickinson!), cuenta con un desarrollo en los versos más progresivo de lo que podría imaginar en ellos, con un tono cálido y accesible, pero, al mismo tiempo, de una estructura que se va complejizando lo suficiente como para mirar el CD para asegurarte de que estás escuchando a Iron Maiden. No obstante, con el puente-estribillo nos sentimos más identificados, al igual que con los punteos que se iniciarán posteriormente (minuto 3:07) y que recuerdan muchísimo a los de “Dance Of Death”, abriendo así la veda para los solos y una nueva ejecución de virtuosismo.

Aquí habrá mucho debate, lo sé, pero personalmente me ha encantado “Darkest Hour”, una especie de Power-Ballad (creo que podría considerarse así), en la que se nos habla de la figura de Wiston Churchill y sus decisiones en la II Guerra Mundial ante el avance Nazi y la situación crítica que vivió la democracia europea. Bruce suena crudo y, al mismo tiempo, emotivo, saboreando cada verso con una sensibilidad única hasta llegar a uno de mis estribillos predilectos de todo el trabajo. La estructura de esta canción en sí no es compleja. Todo lo contrario. Estamos ante una canción accesible y que a muchos sé que tocará el corazón. Esta canción está hecha para el lucimiento absoluto del genio del micrófono.

Y a partir de aquí se viene un colofón final escrito íntegramente por Steve Harris y que superará la media hora de extensión. Son tres canciones dotadas de personalidad propia. Si alguno de los que están leyéndome detestan los temas largos, les recomiendo que dejen de leer y/o escuchar el álbum. Prepárense para una nueva muestra del universo creativo de mi adorado Steve Harris.

Mi favorita del álbum es “Death Of The Celts”, un tema que, como a muchos, recuerda en su progresión de versos a “The Clansman”. No obstante, primero hay que resalterel papel enorme de Harris tras el bajo acústico en la introducción del corte, empastándolo con solemnes guitarras y sintetizadores que, ahora sí, conectan con esa estructura in crescendo a la que pronto se une un notable Dickinson. La gran sorpresa se producirá poco después de iniciarse el primer solo de guitarra, cuando las guitarras cambian por completo el ritmo de la canción y, sobre el minuto 4:42 da inicio una melodía que rinde un claro homenaje a la música celta y que termina derivando en numerosos pasajes instrumentales donde, por un lado, brilla Harris con una línea de bajo impecable, y, por el otro, nos trae la mejor versión de las tres hachas de Iron Maiden, ofreciendo un show individual y como trío memorable, con guitarras gemelas y sucesiones de solos bien secuenciados como solamente ellos saben hacer. En esta ocasión la letra habla sobre los últimos esfuerzas del pueblo celta por sobrevivir ante la invasión alemana.

“The Pachment”, tema que habla, al parecer, sobre la matanza de niños llevada a cabo por Herodes, es, de este grupo de piezas finales, la que puede resultar más densa y difícil de digerir por la linealidad general de sus estructuras y el desarrollo más lento de los cambios. Eso sí, hay que alabar los riffs y sintetizadores que nos acercan de nuevo al Antiguo Egipto como ya sucedió en “Powerslave” (no las estoy poniendo al mismo nivel, cuidado), donde encuentro a Dickinson cómodo ante las diferentes variantes que se suceden en este corte, aunque una vez más me tengo que quedar con el tándem de guitarras que tan bien se entienden y que ofrecen los solos más veloces casi al final de la pieza, brillando especialmente un Adrian Smith que tira de un virtuosismo tremendo.

El final de la obra lo pone “Hell On Earth”, un corte que cuenta con una bellísima introducción de destacable bajo, donde las guitarras dibujan las delicadas líneas que minutos después Bruce cantará. Una canción con dos mitades bien diferencias. La primera más melódica con versos marca de la casa (tremendo Dickinson otra vez) y la aparición de un estribillo realmente bueno, para dar paso a una segunda mitad de solos y de teatralidad por parte de un Bruce que clava unos repetitivos versos adicionales en los que canta eso de “Love in anger, life in danger”. Me ha gustado mucho la letra de este tema en la que nos vuelven a dar un golpe de realidad recordándonos que seguimos errando como raza, con guerras absurdas y tantos conflictos que nos llevan a la autodestrucción. Un final realmente fino.

Si esperabas un “The Number Of The Beast” o un “Powerslave” siento decepcionarte, porque Maiden hace tiempo que evolucionó en su sonido hacia algo más contemporáneo (supongo que influencia de Kevin Shirley). Si, por lo contrario, esperabas algo como “The Final Frontier”, seguramente hayas quedado más satisfecho. Es un disco que va a concentrar opiniones de todo tipo por los riesgos asumidos por una banda más perfeccionista que nunca, que no perfecta.

En mi opinión (la mía), estamos ante un álbum realmente bueno como también pienso que es el “Final Frontier”, con unos Maiden hambrientos por llevar sus composiciones a otros niveles de creatividad y ejecución. Es un disco difícil de digerir, que requiere de numerosas reproducciones para ser realmente apreciado y que no creo que hayan hecho para divertir o agradar a los fans, sino para seguir explorando sonidos y demostrarnos que la edad realmente es una cifra.

Bruce Dickinson: Voz
Steve Harris: Bajo
Janick Gers: Guitarra
Dave Murray: Guitarra
Adrian Smith: Guitarra
Nicko McBrain: Batería

Sello
Warner Music

Buenas a todos:
1º sentir una pena por la perdida de comentarios sobre este disco.
2º Despues de unos meses escuchando el disco puedo decir sin lugar a dudas que me parece mejor disco que "Brave New World", pero a su vez me siento profundamente decepcionado.
Ya se perfectamente que no son tan jóvenes y que eso se verá reflejado en sus discos pero creo que tienen suficiente conocimiento como para saber cuando una canción pide una cosa u otra. Este disco me parece en este momento un joya a medio pulir, con mucho relleno, rítmicas poco trabajadas y con un tempo exageradamente lento. De hecho creo que en algunas canciones se pierde bastante dramatismo por este motivo.
Una pena, una oportunidad para ofrecer un tremendo discazo perdida, nos quedaremos con un buen disco. Que realmente lo es.
Saludos.

lo primero me alegra leerte de nuevo, lo segundo decirte que ha sido el cambio de servidor lo que ha hecho que se pierdan los comentarios, que como apuntas, es una pena, ojalá lo recupere Garga en el futuro, había joyas de charlas ahí y lo mas bonito del portal, los comentarios y debates.

Pues para mi no hay color, solamente ghost of navigator para mi es mejor que todo el senjutsu junto., Del cual rescato stratego, hell on earth y days of future past. Se me hace muy largo y repetitivo, además muchas líneas vocales hacen lo mismo que la guitarra, eso es una falta de trabajo detrás grande. Me falta melodía, alegría, esos duelos de solos magnos de antaño y muchas cosas mas.

Desde 2000 a esta parte, para mi sacan discos irregulares, de los cuales rescato temas sueltos y denotan gran caída en ideas y nivel compositivo, cualquier comparación con los siete primeros es irrisoria. Saludos!

La demostración está en que Senjutsu no me lo he vuelto a poner desde que los compré. reconozco que ahora casi me compro los discos de Maiden más por cuestión administrativa que por verdadera devoción. Creo que el último que escuché realmente en serio y al que le dediqué tiempo fue A Matter of Life and Death.

A Brave New World se le nota el aire de grandeza desde el principio, hay energía, hay fuerza, son Maiden, desde la madurez, siendo Maiden y avanzando ligeramente. Incluso la producción de Shirley, que en su momento no me convenció, me suena ahora vigorosa. Igual también es por lo mal que lo ha hecho después, jajaja. Como dice Rob, sólo Ghost of the Navigator, casi con toda seguridad el mejor tema que han compuesto en los últimos 30 años, vale ya por todo Senjutsu. Yo disfruto de todos y cada uno de los 67 minutos del álbum, hasta de la poco popular The Thin Line Between Love and Hate. Es curioso, pero quizás lo que menos me gusta de Brave New World sea la archiconocida Blood Brothers. No hay comparación posible, en mi opinión.

A mi Brave New Word me gusta más, lo disfruto más.
Senjutsu en un principio parece más de lo que en realidad es, en una primera escucha parece que te encuentras frente a un gran disco y piensas que ganará con las escuchas.. pero nada más lejos de la realidad, al disquito le faltan dos o tres marchas más, y es una pena porque tiene bastantes buenas ideas que desarrolladas de otra forma hubieran quedado mejor.. Por cierto el tema-título es un tostón de canción para abrir un disco, de verdad, es que ya desde el principio empieza a aburrir..
No quiero decir que no haya temas que me gustan, Death of the celts y Hell on heart me parecen temazos, los más salvables del álbum.

Yo al principio no daba un duro por el senjutsu, me pareció un disco aburrido las primeras veces que lo escuché, pero con el tiempo he sabido apreciarlo en su justa medida. Me parece un disco digno que tiene una escucha. Ahora eso sí es largo y un poco difícil de escuchar, vamos de digestión lenta. Cuál es mejor si este o el Brave, pues no sabría decir, a mi me gustan los dos, depende del momento.
Aún así tanto este disco como el Brave están muy por debajo de lo que hicieron en los 80.

Yo hice trampa, por eso me parece mejor disco. Con el audacity aceleré el tempo a todo el disco entre un 10 y un 15 % lo cual me muestra otra visión del disco. Cuando puse el primer comentario no me acordaba de ese detalle puesto que ya lo tenía interiorizado.
A mi me parece mejor disco por las ideas que se muestran.

Incluye algunos solos muy buenos,con ese feeling marca de la casa, de Smith (en Writing on the wall y Darkest Hour sobre todo). Excelente trabajo vocal de Dickinson, como siempre.
Eso sí, soy de los que piensa que el progresivo no le sienta bien a Maiden (si es que puede etiquetarse de progresivo; más bien, son temas largos repitiendo hasta la saciedad patrones predecibles). Es cierto que de los temas interminables de Harris se pueden extraer partes muy buenas ; por ejemplo, en Hell on earth hay líneas melódicas muy chulas y, a mi modo de ver, es el mejor tema de los largos de Harris.
Por otro lado, no me gusta nada la producción de Shirley, apagada, tenue, distante, mate...nada que ver con la frescura, cercanía y naturalidad de Martin Birch.
En fin, un álbum más para nostálgicos y seguidores de Maiden a pesar de todo...en los tiempos que corren, musicalmente hablando, siempre serán bienvenidos los álbumes de Maiden.
Muy bien escrita la reseña, enhorabuena a su autor.

decirse de él: que es digno, que no bueno.
De acuerdo con toda tu exposición, excepto en lo tocante a la voz de Bruce, la cual, como perfecta metáfora de la situación del grupo, es un quiero y no puedo.
Death of the Celts tampoco está nada mal entre los temas largos, pero este álbum ya podemos afirmar, con la distancia del tiempo desde que se ha editado, que no va a formar parte de la historia dorada de la banda.